sábado, 14 de noviembre de 2020

"Dichoso quien teme al Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


¿Cómo es nuestra fe?... Jesús nos lanza hoy en el evangelio la sugerente pregunta, de si a la vuelta, el Hijo del hombre, encontrará fe en la tierra... Y, es que la fe tiene sus rasgos propios y ha de ser reconocida si es ella... Jesús mismo pone en valor en su Palabra, hoy, el poder de la fe por la súplica insistente y perseverante, pero no desencarnada, interesada, superficial ¡¡no!!... la fe se acuna en el poder de Dios, segura y confiada, dejándose hacer al contacto con la gracia, por la Palabra de Dios, en dialogo constante con su misterio y su voluntad...

La fe es activa, se crece poniéndola en acto, sostenida en la paciencia y la esperanza... la fe nos enseña a distinguir, lo absoluto y lo relativo, lo accidental y lo permanente; y por la fe, nos abrimos a lo comunitario, sabiéndonos parte de una unidad que nos sobrepasa, y que excede a nuestra capacidad de entenderla y dominarla; de ahí, que la fe dé a Dios su sitio, poniéndose a la escucha, en cada acontecer, de lo que que Dios, en dialogo permanente con lo real, nos va mostrando cada día, de lo que al vivir se nos escapa, por nuestras ansias de conseguir cosas, sin pararnos a reconocer qué estará Dios haciendo o intentando hacer si le dejamos, con lo que hoy llega a convivir con nosotros, sea claro u oscuro, dulce o amargo. Porque quien nunca actúa al azar, es Él y no nosotros, que solemos siempre buscar algún beneficio...

El salmo 111, que reza hoy la Iglesia en su liturgia, afirma cuánto aporta Dios a quien le busca y se acerca, en el deseo de hacer camino a su lado, pisando en sus pisadas hasta encontrar la dicha y la paz, que abren sus caminos y que conducen hasta el Reino...

"Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. 

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. 

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo" (Salmo 111)...


Recordando a nuestros enfermos, peregrinos de la confianza, con los que vamos haciendo camino cada día, en nuestro blog... pedimos al cielo para ellos, la salud, la fortaleza, la esperanza, la fe... nos apoyamos en la intercesión del Beato Tito, poniendo ante él nuestra confianza, presentándole nuestras súplicas para que las lleve a Dios, y Dios las cumpla...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria

2 comentarios:

  1. “DICHOSO QUIEN TEME AL SEÑOR”
    Salmo 111

    Amar al Señor nos es una cuestión a plantearse para un buen cristiano, es una necesidad sin la cual su alma se encuentra perdida. Amar y obedecer como Jesús obedeció al Padre por amor a todos los hombres, amor santo que nos guía e ilumina llevándonos en volandas al Reino. Obedecer por amor a Dios y a los hombres es un magnifico camino, o mejor dicho, el único camino, para vivir eternamente en la presencia del Señor.

    Nunca perdamos la esperanza de encontrarnos con el Señor, caminemos por ella en la fe imperturbable que nos da la confianza, abrazados a la cruz, nuestra redención y salvación. Él creyó en el hombre, hasta el punto de morir en la cruz por todos y cada uno de nosotros. Creamos nosotros en Él, no le defraudemos, se lo debemos.

    A tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. A tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Concédenos lo que te pedimos. Amén

    Me uno en oración a las monjas carmelitas de clausura de la Virgen del Carmen de Villalba del Alcor, por todos y cada uno de los enfermos del blog. Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma.

    Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María.

    Pedimos insistentemente por aquellos que más lo necesitan en estos momentos y por sus familias, para que Nuestro Señor los proteja y ayude. Señor, grande son tus obras, nada comparable a la necesidad que tenemos de tu amparo. No abandones a nuestros enfermos. Amén

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