martes, 20 de marzo de 2018

"Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"En verdad, en verdad os digo: el  que cree en mí, 
también él hará las obras que yo hago, 
y aún mayores, porque yo me voy al Padre. 
Y lo que pidáis al Padre en mi nombre, yo lo haré, 
para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré" (Jn. 14, 12-14).

El sufrimiento nos sitúa en un cambio de nivel, que nos desestabiliza... Las palabras de Jesús, tienen este intento de llevarnos a la experiencia de la fe, para que podamos asumir la vida en toda su densidad y misterio -incluyendo el mal y el dolor-, pero lógicamente no estamos preparados, y nos cuesta entender... asumir... aceptar...

Jesús lo sabe, e intenta desvelar la realidad desde un plano mas profundo, que abarque también donde no llegamos, para que podamos ir remitiéndonos a ello, hasta que el Espíritu Santo nos tome, y trueque nuestra ignorancia en experiencia, impulsándonos a vivir seguros cada iniciativa de la gracia, con que Dios vaya madurando nuestro propio don...


Las palabras de Jesús en estos momentos son un tesoro de esperanza.... pero de una "altura" u "hondura" que a los discípulos no les resuelve nada... al contrario, los sumerge aún más en la incertidumbre y los deja confusos y perplejos, sin saber cómo hacer frente a estos momentos, que incluso, lo sueñan distinto, y con otros "aires" totalmente "distantes" de los sucesos a los que se tendrán que enfrentar...  

Vemos que la vida impone su realismo más trágico, en los momentos menos esperados... y no se puede mirar para otro lado, si no queremos destruirnos en ellos, o que ellos mismos nos destruyan a nosotros... Deducimos claramente que hay que aprender a vivir, y vemos en Jesús un maestro de vida, que se adelanta a dejarnos surco abierto en sus mismos pasos, para que avancemos seguros, aún en medio de terrenos tortuosos y grandes tempestades... 


Hoy es Jesús mismo, quien nos dice que podemos pedir en su nombre al Padre lo que queramos... Aprovechemos la invitación, pero no olvidemos el contexto donde nos oferta esta dádiva, ni el objetivo donde quiere Jesús hacer llegar a los suyos, en la "antesala" misma de su Hora... Seguros entonces de que el misterio del dolor... del pecado... de la  muerte... es una realidad con la que tenemos que hacer el camino... optemos por la confianza y miremos a Jesús, dispuestos a dejarnos conducir por Él...

Pensemos y recordemos a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... también a sus familias... y recemos unos por otros para iluminar nuestra fe y ser también nosotros coherentes con este don, que se nos queda grande, pero que queremos valorar... acoger... agradecer... y adherirnos a él... Miremos al cielo y acogidos a la intercesión del Beato Tito, pongamos en común nuestra súplicas en el deseo de que el cielo nos devuelva en gracias el fruto de nuestra fe confiada... humilde... insistente... perseverante...
"confiando en el señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María