miércoles, 30 de junio de 2021

"Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Que el mal existe es evidente; que convivimos con él es obvio, que nosotros mismos lo generamos es constatable... No obstante, percibe el maligno antes, la presencia de la gracia en nosotros, que nosotros la del mal cuando se acerca... Jesús es el remedio para el mal , el verdadero escudo que nos libra y nos defiende de él, lo vemos hoy en el evangelio, pero para ello, tenemos que acercarnos a Jesús, escuchar su Palabra, hacer camino a su lado... 

Temamos al mal, sospechemos de él que tan sutilmente se nos cuela por cualquier rendija... el mal es distinto de mí, pero nos tiene de mil maneras y nos impide dejarnos tocar por la fuerza contraria, elegirla y dejarla fluir, permitiendo el florecer del bien para compartir sus frutos con los demás viéndole crecer entre todos... esta obra es siempre de la gracia, y sólo con Jesús se puede realizar en nosotros y en los otros... 

El mal se enfrenta a Jesús, no soporta su presencia, y él, le vence y derrota; en cambio, si la gracia no actúa, somos nosotros los devorados por el mal, unas veces de forma solapada, y otras muchas, hasta el colmo, de esto somos testigos todos...  Rezar es combatir el mal, quitarle protagonismo, contarle alas, debilitar su fuerza... la gracia es el remedio al mal, y la gracia nos la da Jesús en los medios que él mismos ha decidido... su Palabra, los sacramentos, la liturgia... 

"Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege. 

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.

Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
¿hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?" (Salmo 33)...


Fortalezcamos la comunión, porque ella es un reclamo de la intercesión... nos necesitamos todos para atravesar este mar embravecido.... pensemos en nuestros enfermos que siguen luchando su batalla cada día... uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo con fe, seguros de que Dios está a nuestro lado y su gracia nos sostiene y nos socorre... Acudimos, como cada día, al Beato Tito para apoyarnos en su intercesión y pedirle su valiosa ayuda... Que el cielo derrame sobre nosotros la misericordia que necesitamos y suplicamos con fe, humildes, insistentes, perseverantes...
"confiando en el Señor, no me he desviado"

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria