jueves, 8 de febrero de 2018

El que acepta mis mandatos y los guarda, ese me ama"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"El que acepta mis mandatos y los guarda, ese me ama; 
y el que me ame será amado por mi Padre,
 y yo también lo amaré y me manifestaré a él" (Jn. 14, 21).

La propuesta de Jesús se va concentrando y va provocando la respuesta personal en cada uno de sus discípulos, lo mismo que lo pretende hacer en nosotros... Ciertamente la fe es oscura cuando nos encontramos con ella, porque tenemos que cribar a su luz nuestros deseos con la realidad, e intentamos hacer prevalecer nuestras expectativas ante todo...

Haciendo camino con Jesús, aprendemos que el horizonte está dilatado hasta el infinito, gracias a su amor por nosotros... Dar el salto apoyados en su palabra, hace posible la lectura desde otras perspectivas y despierta la conciencia a otra realidad... 


En ese ámbito, la presencia de Jesús se torna real y objetiva, y la fe empieza a moverse en su propio terreno creando el espacio apropiado para la relación, iluminado con luz propia... Dios entonces se da a conocer y la misma experiencia te posibilita hacer camino por estos senderos más profundos y reales, que la misma realidad...

Es fundamental nuestra adhesión a la gracia y nuestra disposición al don, pero una vez hecha la opción, las riendas no la llevamos nosotros; somos conducidos y habitados, gustando dentro de nosotros la misma sabiduría de Dios, que es el Espíritu Santo... Dios se revela, y él mismo nos instruye en sus caminos y nos permite conocer la verdad e incorporarnos a ella, dando valor relativo y absoluto a las cosas, según su valor, desde los mismos ojos de Dios... 


Por la fe nos vamos acercando a estos dones que nos ayudan a buscar sentido a nuestra vida y a nuestro dolor... La oración cultiva la fe y la comunión se enriquece con la oración... Acudamos pues, como cada día, a nuestra cita y procuremos encontrarnos todos en este punto del día... Pensemos en los enfermos del blog, en todos, uno a uno...  También en sus familias... y busquemos igualmente amparo en la intercesión del Beato Tito,  fiel compañero de los peregrinos de la confianza... Miremos al cielo esperando sin vacilar la cosecha de nuestra fe humilde....  constante... esperanzada...  insistente...  perseverante...  fruto ya de nuestra confianza, porque creemos en su Palabra y nos fiamos de su voluntad...  Dios es Padre y su amor hacia cada uno,  infinito.... 
"confiando en el señor,  no me he desviado" ...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria