miércoles, 4 de marzo de 2020

"Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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No creemos en el perdón porque nosotros no somos capaces de perdonar, y no aprendemos a perdonar, porque no nos acercamos al perdón de Dios a corazón abierto, arrepentidos, a sentirnos amados, perdonados, y ser restituidos de raíz en su misericordia...

En la liturgia, hoy, puede parecer que somos llamados a la conversión impositivamente... y, ¡¡cómo nos resistimos a ser corregidos por la Palabra de Dios, pensando que la ley de Dios nos oprime, recortando espacio a nuestra libertad!!... ¿De verdad nuestra conciencia no acusa en nosotros malestar y zozobra cuando pecamos?... ¿de verdad la conversión es un tema pasado de moda, al que hacer oídos sordos, creyendo que la última palabra sobre nosotros, es nuestra?...

Dios es Palabra, y habla cada día, queriendo hacerse hueco en cada corazón, deseando vernos buscar la luz en la verdad... hoy levanta la voz en la liturgia, alertándonos sin tapujos de las consecuencias graves del pecado, para nosotros y para todos; y lo hace, ofreciéndonos remedio y dándonos nueva oportunidad para retornar al camino del bien, dando paso a la fe y a la gracia... Pedimos signos y nos dejamos pasar sin mirar las señales de su rastro que de mil maneras viene a nosotros cada día... Dios no caerá en nuestras trampas de hacer piruetas para convencernos de quién es y qué lleva entre manos, ¡¡no seamos ilusos!!... Hay milagros cada día, y a cada paso, ¡¡basta saber mirar!!, pero si no es para quedarnos vinculados a Él, será nuestro bien no engañarnos con lo que no es como Dios quiere que sea... Volvamos al Señor, y recemos el salmo 50, tan oportuno para pedir perdón y reconocernos pecadores...


"Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 


 Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.


Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,

tú, oh, Dios, tú no lo desprecias" (Salmo 50)...

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Renovemos el recuerdo diario por los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias...  Que la intercesión del Beato Tito lleve hasta el cielo nuestras plegarias y Dios se compadezca de nosotros... Que por la comunión de los santos, se sientan fortalecidos y sostenidos, y permanezcan seguros en la confianza... El amor de Dios no es cuestionable, pero su obrar nos sobrepasa... renovemos nuestra fe en su poder, y permitámosle actuar por su misericordia...

"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …