domingo, 6 de marzo de 2022

"Acompáñame, Señor, en la tribulación"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Con el primer domingo, ya pisamos firme el terreno de la cuaresma, que iniciábamos el miércoles pasado, con la imposición de la ceniza, tomando conciencia de nuestra condición de pecadores, necesitados de la gracia, para acoger la misericordia de Dios... No estamos ante una liturgia "seductora", de ofertas fáciles y atractivas... el escenario abierto ante nuestros ojos es difícil de asimilar, y mucho más de asumir, si vemos a Jesús mismo enfrentado a tentador eligiendo acertadamente y nos identificamos...

El demonio existe, y la tentación es casi la constante a que nos enfrentamos cada día... cada día elegimos entre dejarnos llevar de las propuesta engañosas ofrecidas por el mundo de mil modos, donde se esconde sutilmente el mal que nos esclaviza, o romper filas y, dueños de nosotros mismos, hacer como Jesús; parar los pies a la tentación con el arma poderosa y eficaz de la Palabra de Dios, sin dialogar con ella, ni aceptar su chantajes...

No es fácil en mundo como el nuestro identificar la tentación, escuchar la conciencia, dudar siquiera al elegir si debemos coger o soltar... hemos entregado colectivamente nuestra libertad a la mentalidad pagana que nos van imponiendo desde fuera, en aras de progreso y civilización, y estamos perdidos, creyéndonos ser como Dios, mermando nuestra propia dignidad... Ojalá este tiempo de gracia, que es la cuaresma, despertemos la inercia de la ensoñación en que vivimos, e identifiquemos las voces oscuras que nos hacen caer en el terreno contrario donde nos dicen pisar, y aprendamos de Jesús a superar el mal sin dialogar con sus propuestas, sino afirmándonos seguros en la Palaba de Dios... Recemos suplicantes el salmo 90, convencidos del poder de Dios y de su amor incondicional a cada uno de nosotros, y a todos...

"Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: "Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti" 

No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. 

Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. 

"Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré"" (Salmo 90)... 


Como cada día, pensando, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo confiados y suplicantes, presentando a Dios cada situación, cada dolor, cada anhelo, para que nos sea devuelto en gracia, y respondamos a su voluntad con decisión y coherencia... Que la intercesión del Beato Tito, nos impulse a llegar hasta donde a nosotros nos cuesta, y al pedir, demos de nosotros lo que Dios también desea y nos pide... no nos olvidemos de la guerra y de los que la están padeciendo en propia carne, injusta e injustificadamente...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...