domingo, 7 de febrero de 2021

"Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Al inicio del ministerio de Jesús, vemos en el evangelio la gente que se sumaba a él atraída por la fuerza de su Palabra y de sus gestos... cierto que con otras miras distintas a las de Jesús, pero válidas para abrir camino a la fe, al menos curiosamente, que puede ser un buen comienzo... 

Quien de verdad estaba comprometido con su causa era Jesús -al principio ni los suyos- y por eso, él no se desprendía de la Fuente donde se sostenía, el Padre... significativas su escapadas en solitario al amanecer y anochecer, cuando los curiosos siguen sus rutinas y él sin cejar en su empeño, construye la encomienda para la que ha venido a este mundo...

Suele bastarnos a nosotros con lo espectacular de los milagros de Jesús, sin trascender y sin comprometernos, pero el sentido es más profundo y más implicativo... buscar las obras del autor y dejarnos ir la fuerza de quien no deja de hacer maravillas, es privarnos de lo que creemos que vamos buscando con sinceridad, y no encontramos porque nos hemos salido de la senda que nos llevaría directamente a ello...

"Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel. 

Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. 

Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados" (Salmo 146)...


Animémonos a acercar los enfermos del blog a Jesús y dejémonos curar todos, porque la gracia de su presencia es para todos... su poder de sanación también... Pensemos en todos, uno a uno... también sus familias... y acogidos -entonces- a la intercesión del Beato Tito, busquemos la gracia y la fe práctica, que es de donde nacen los frutos... el Señor puede curar todas nuestras enfermedades, pero le importa también vernos tocar el alma con su gracia... confiemos en su misericordia, abrámonos a la experiencia que trasforma y hagamos camino hasta él...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria