jueves, 25 de abril de 2019

"Señor, dueño nuestro ¡que admirable es tu nombre en toda la tierra!"...



  
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Creer en la resurrección tiene que dar perfil concreto a nuestra fe, incluyendo en ella actitudes coherentes que nos identifiquen como testigos de esta gracia, que cambia del todo las perspectivas y las expectativas, de los que decididos, centran su vida y su vivir cotidianos, referidos a esta esperanza, y esta presencia real y eficaz, que conduce, consuela, conforta y nos llama...

Si hemos visto al Señor y hemos creído en Él, nada puede seguir igual ¡¡nada!!... esta gracia debe ser comunicada, compartida, celebrada... tenemos que madurar a la lumbre de esta luz pascual, que alarga el horizonte hasta el infinito dando sentido al tiempo y a lo que en él acontece de temporal, limitado, caduco; que nos impide de tantas maneras proyectar ideales y realizarnos en su conquista...

Sugerente rezar hoy con el salmo 8, reconociendo en la estima que Dios nos tiene, no sólo al crear su obra, sino al verse obligado a recrearla por nuestra negligencia y despiste, al destruirla por el pecado y la ambición de dominarla desde nosotros mismos, al margen de quien la hizo, y a quien pertenece... 

"Señor, Dios nuestro,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar" (salmo 8)...


Recordando, como cada día a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también su familias... miremos al cielo y pidamos con fe, por la intercesión del Beato Tito, la salud para todos... esperemos de la misericordia de Dios, frutos para nuestra fe a la medida de nuestras necesidades, y de las necesidades de los que traemos cada día hasta aquí, en el deseo de ayudarles a resistir las tempestades sin salirnos de la confianza... seguros de que Dios nos ama en su Voluntad y Él es fiel...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...