miércoles, 2 de diciembre de 2020

"Habitaré en la casa del Señor por años sin término"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Ciertamente la liturgia en adviento nos llama a la esperanza, ¡¡esperanza teologal!!, sostenida firmemente en la Palabra de Dios, que es donde de verdad, Dios revela sus designios, dándose además a conocer, humanándose, descendiendo hasta nosotros, y quedándose para siempre entre nosotros... hablando nuestro mismo lenguaje, pisando nuestro mismo suelo, mostrándonos así, cómo hacer camino para llegar seguros donde vamos...

¡¡Si diéramos cabida a Dios en nuestra vida!! ¡¡si aceptáramos su amor incondicional, a pesar de nosotros mismos!!... La liturgia de adviento nos habla en clave mesiánica; de ahí, que se mueva entre "promesa-cumplimento", balanceándose entre la palabra del profeta y la de Jesús, que es donde el alma cristina, encuentra resortes para combatir la idolatría y se decide a recibir la gracia, siendo entonces, germen de un mundo nuevo, impedido de visibilidad por el pecado, pero generador de vida nueva, entre los entresijos del caos...

Ojalá los cristianos de hoy fuéramos valientes y mostráramos al mundo el amor de Dios, descansando, como reza el salmo 22, en las verdes praderas del Buen Pastor, sin temer las cañadas oscuras, a sabiendas de que no vamos solos...

 "El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. 

 Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. 

 Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. 

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término" (Salmo 22)...


Sigamos llamado al cielo... necesitados de la misericordia de Dios para superar estos momentos... nos sentimos vulnerables... somos pequeños... recordemos, como cada día a los enfermos del blog, peregrinos de la confianza... todos, uno a uno... igualmente los contagiados por la pandemia... también los familiares de todos los que están sufriendo esta hecatombe... Que la intercesión del Beato Tito nos alcance lo que nuestra fe suspira en la fuerza de la comunión de los santos, donde nos apoyamos todos para hacerla más efectiva y eficaz... Cobijémonos en la gracia de Dios y seamos humildes para volver nuestros pasos a sus caminos... -sin olvidarnos de ninguno, tengamos hoy un recuerdo especial por Carmen Mestre, que necesita refuerzo para mantener la confianza en la batalla, y por Mirian y su pequeño, para que puedan superar la fuerte crisis que atraviesan-...
"confiando en el Señor, no me he desviado"... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria