lunes, 21 de mayo de 2018

"En medio de esta vorágine actual, el Evangelio vuelve a resonar para ofrecernos una vida diferente, más sana y más feliz"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


No quiere el Papa que divaguemos en el planteamiento de la vida cristiana, y ha conseguido centrarnos en lo esencial para que vayamos directamente a lo que de verdad importa: "Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia" (n. 107)...

El Papa nos ha dibujado nítidamente el camino acabado del cristiano en las bienaventuranzas, y nos ha puesto en las manos -además- el instrumento para hacerlo posible sin engaños llamándonos a la misericordia, germen y fruto del amor en sus dos vertientes inseparables: Dios y los hermanos... No obstante, aún especifica más, llamándonos a medir nuestra autenticidad, valorando "si nuestra vida se va transformando a la luz de la misericordia. Porque «la misericordia no es sólo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus verdaderos hijos». Ella «es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia». Quiero remarcar una vez más -son palabras del Papa- que, si bien la misericordia no excluye la justicia y la verdad, «ante todo tenemos que decir que la misericordia es la plenitud de la justicia y la manifestación más luminosa de la verdad de Dios». Ella «es la llave del cielo»" (n. 105)... 


Equilibrar los dos polos, para alimentar la caridad en la relación con Dios sin alejarnos de "la carne sufriente de los hermanos", es el verdadero camino cristiano a la santidad... Puntualiza con énfasis el Papa que "el cristianismo es principalmente para ser practicado, y nos recomienda para ello releer con frecuencia estos textos bíblicos, recordarlos, orar con ellos, hasta hacerlos carne en nuestra propia carne... Sin duda, nos harán bien y genuinamente felices" (n. 109)...

No termina el Papa este capítulo tercero del documento, donde queda del todo condensado el corazón de lo que quiere trasmitirnos y enseñarnos, sin añadir un matiz en el que solemos quedar tantas veces atrapados casi sin saberlo... "Será difícil que nos ocupemos y dediquemos energías a dar una mano a los que están mal si no cultivamos una cierta austeridad, si no luchamos contra esa fiebre que nos impone la sociedad de consumo para vendernos cosas, y que termina convirtiéndonos en pobres insatisfechos que quieren tenerlo todo y probarlo todo" (n. 108)... Podemos decir, y ¿qué tiene esto que ver con la caridad, la misericordia y la santidad?... ¡¡ahí está la trampa, en creernos que no está relacionado!!... si no liberamos el corazón de las cosas que le entretienen, nos costará mantener la mirada en lo que vale de veras... El ser humano aspira en su mismo ser a lo esencial y mientras no lo busca y lo encuentra, tiene que reconocer la verdad donde está y desde donde se nos ofrece, para podernos encaminar hacia ello...


Volvamos los ojos al cielo, y acogiendo estas luces, recemos unos por otros y ayudémonos a vivirlo... Pensemos, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también en sus familias... y apoyados en la intercesión de los santos, concretamente en el Beato Tito, pongamos en común nuestras súplicas, ansiando ver realizado lo que pedimos... Nos fiamos de Dios y su Voluntad, y nos entregamos a la confianza de corazón, sabiéndonos amados... cuidados... sostenidos... Nos cuesta entender los planes de Dios, pero podemos acercarnos a ellos con actitud filial, porque en ellos se va realizando el don de Dios hacia cada uno...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...


Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María