miércoles, 31 de marzo de 2021

"Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Hoy la liturgia está enmarcada en la traición... el amigo vende al Amigo, y lo lanza, desde el círculo cálido de la intimidad, al abismo del mal más extremo... Las fuerzas del mal pretendiendo devorar la libertad del Jesús, manso, ensañadas por su incapacidad de conseguirlo, son destruidas donde parecen vencer al inocente...

El justo entregado, no a la muerte, sino al amor hasta el extremo, deja a la muerte sin poder, matándola donde esperaba vencer a la vida... El triunfo fue del amor de Dios, pero por la entrega del Hijo.... no estamos ante un misterio cualquiera ¡¡es lamentable que nuestro mundo viva de espaldas a estos acontecimientos, que siguen siendo real y cotidiano gracias a la liturgia!!... ¡¡nos han salvado de la muerte gratuitamente!!, nosotros que nos aferramos a la vida, miremos la Cruz de Cristo... Él se puso en nuestro lugar para que nos sea posible vivir para siempre...

Debemos volver de donde nos hemos ido yendo, seducidos por la mentira de que nos bastamos a nosotros mismos... Dios nos espera, saliéndonos al encuentro cada día... recuperemos la fe, las sanas costumbres; agradezcamos a Dios la vida recuperada, gracias a su amor infinito, entregado libremente por todos nosotros, dejándonos demostrado lo amados que somos... Hoy es Jesús mismo quien reza el salmo 68, ofreciéndonos el don de su vida, a precio de su muerte... 

"Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. 

La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay;
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre. 

Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos" (Salmo 68)...


Seguimos mirando al cielo con el corazón en la confianza... recordamos a los enfermos del blog, como cada día... Que la oración y la comunión sea el sostén de todos los que están sufriendo, y que nuestra fe se vea cuajada de frutos por la intercesión del Beato Tito, que nos alcance del cielo lo que suplicamos con humildad, insistencia, perseverancia... Dios lo puede todo...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria