Contemplar a María como Mediadora de todas las gracias, especialmente de la gracia de la fe.
Convencernos de que nos faltan muchas cosas. Reconocer que necesitamos la intercesión de María, para conseguir lo que nos falta. Pedir a María que nos obtenga de Jesús aquello que nos es más necesario. -Beato Tito Brandsma-
En el camino de la Cruz de Jesús, que también es un camino largo y doloroso, hay un momento clave de consuelo, que no nos debe pasar desapercibido, y que por el contrario puede ayudarnos mucho a crecer nuestra esperanza... es la presencia de la Virgen...
Una presencia discreta, silenciosa, oportuna, EFICAZ... que también está en tu dolor y en mío, en el de todos los hijos del mismo Padre...
¿Sientes la presencia de la Virgen cuando sufres? ¡¡¡sabe tanto la Virgen de sufrimiento!!! su vida, de misterio en misterio, de dolor en dolor... ¡¡¡puede darnos tanta luz!!!
Su presencia no se ve, pero la percibe el alma por sus efectos... ese consuelo, esa fortaleza, esa paciencia, esa esperanza, la fe que nos sostiene... ¿quién la pone en nuestra oscuridad?
la Madre nos acompaña y nos conduce a Jesús, donde llegaremos crecidos, maduros, atentos a su Voluntad y dispuestos a comprometernos en su proyecto de vida común, que tan feliz hará la vida de los hombres...
No desconfiemos, demos a Dios un voto de confianza y no tengamos miedo al dolor, que siempre es vida de la que no termina y dicha para siempre...
Sigamos presentado al Señor a través de la intercesión del Beato Tito a tantos hermanos como se van sumando a nuestra oración diaria en la necesidad de recibir gracias en este camino del dolor... No nos olvidemos de ninguno de los que tenemos presentes cada día, pero nos necesitan más, hoy sumamos a Pablo, un chico de 14 años que el martes operan de corazón y han solicitado nuestra ayuda. También José Diego que tiene problemas en el hígado y riñones, y María que tiene problema de mamas...
Beato Tito, ruega por nosotros y llévate al cielo nuestras necesidades para que la Madre la presente a Jesús y Él nos devuelva en gracias, los frutos de nuestra fe, que es humilde pero confiada...
Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de
febrero de 1942
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.
Cuando te miro, buen Jesús,
advierto
en ti el amor del más querido
amigo,
y siento que, al amarte yo,
consigo
el mayor galardón, el bien
más cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé-
produce
sufrimiento y exige gran
coraje;
mas a tu gloria, en este duro
viaje,
sólo el camino del dolor
conduce.
Feliz en el dolor mi alma se
siente:
la Cruz es mi alegría, no mi
pena;
es gracia tuya que mi vida
llena
y me une a ti, Señor,
estrechamente.
Si quieres añadir nuevos
dolores
a este viejo dolor que me
tortura,
fina muestra serán de tu
ternura,
porque a ti me asemejen
redentores.
Déjame, mi Señor, en este
frío
y en esta soledad, que no me
aterra:
a nadie necesito ya en la
tierra
en tanto que Tú estés al lado
mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que, en
mi desgracia,
jamás el corazón llore tu
ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu
presencia
y todo lo embelleces con tu
gracia!
Señor Dios nuestro amante de
la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche
oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las
persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde
siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas,
renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar
por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así
lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su
canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.
Padrenuestro – Ave María –
Gloria …