viernes, 4 de marzo de 2022

"Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Excusas vamos a encontrar siempre cuando quitamos el alma a la fe, o cuando vivimos la fe sin alma, que no es lo mismo... De la fe ha de brotar la necesidad de convertirnos, y entonces la conversión, que tiene su propia dinámica, impondrá a nuestra vida las opciones para dirigir nuestra libertad hacia el querer de Dios, e ir con él hasta donde su Voluntad nos lleve...

No seguimos a Jesús para abrirnos paso con puestos de preferencias por donde pasemos; seguimos a Jesús para sumarnos a su proyecto, pisando en sus pisadas, apostando por su valores, hasta permitir mostrar a este mundo señales claras de su Reino, que es lo que de verdad colmaría nuestros anhelos más profundos...

No lo olvidemos, llevamos dentro, semillas de eternidad, y por más que ambicionemos hacerlas crecer con las propuestas humanas, sólo conseguiremos desviarnos del espacio donde las podemos hacer crecer, multiplicar, repartir, compartir... Recemos con espíritu contrito, reconociéndonos pecadores, necesitados de Dios, el salmo 50, que nos sirve hoy la liturgia oportunamente...

"Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. 

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias" (Salmo 50)... 


Recordemos, como cada día, a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo deseosos de hacer bien el camino de la vida, para encontrarnos de verdad con la voluntad de Dios a fin de que nunca nos salgamos de la confianza... Que la intercesión del Beato Tito nos ayude a suplicar la salud para todos, y un aumento de fe que nos disponga a la conversión sincera... no dejemos de rezar por la paz, el mundo necesita nuestra oración para acercarla a los que tanto están sufriendo...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...