jueves, 10 de marzo de 2022

"Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Generosa propuesta nos ofrece hoy Jesús en el evangelio, dejándonos a nosotros mismos el fruto de nuestra cosecha... esta Palabra encierra una lógica coherente que nosotros solemos olvidar cuando no nos interesa asumir compromisos... buscar ayuda en Dios, suplicar con fe ante él nuestras pobrezas, exige de nosotros actitudes coherentes, con las nosotros determinamos lo que de verdad queremos, con nuestra propia manera de actuar...

Que Dios es bueno no lo decidimos nosotros, ni anula su bondad y benevolencia que nosotros nos cerremos a reconocerlo; lo que sí depende de nosotros es si bebemos de esta fuente, o queremos vivir con el paso cambiado dejándonos por el camino el fruto de la semilla que levamos plantada en nuestro corazón, y que puede ser multiplicada si la dejamos caer en el surco abierto para ello...

Ojalá esta cuaresma deje en nosotros una esperanza renovada en la misericordia de Dios, que nos mueva desde dentro a la conversión más sincera... no olvidemos que la mejor disposición es sabernos necesitados, llamados a la caridad, ofreciendo a los demás lo mismo que queremos recibir de Dios, que es la mejor disposición a mover la compasión de Dios a nuestras súplicas y ser bendecidos con su benevolencia.. Bien lo refleja el salmo 137, que la liturgia nos invita a rezar hoy...

"Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. 

Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. 

Tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos" (Salmo 137)...


Con el pensamiento y el recuerdo en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo suplicantes, seguros de que desde allí pueden quedar socorridas todas nuestras necesidades... Deseando para todos la gracia y la fe, y el fruto que brota de ellas, nos acogemos a la intercesión del Beato Tito para que nos ayude a alcanzarlo para todos... la salud, y la conversión del corazón a la voluntad de Dios... no dejemos de pedir por la paz, y por las penas que abrigan tantas personas por la situación dramática creada con la locura de esta guerra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...