jueves, 8 de octubre de 2020

"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Jesús, hoy en el evangelio, nos impulsa de nuevo a la confianza, asegurándonos que los oídos del Padre siempre escuchan, y responden... Es verdad que nosotros pedimos cosas, quitar obstáculos, cumplir deseos; y Dios, que nos mira con más amplitud, y desde un prisma más elevado que nuestro recortado espacio temporal, nos concede una nueva consciencia desde otra luz, porque lo relativo no debe nunca ser absolutizado...

Dios da su Espíritu para que valoremos su Voluntad por encima de nuestro querer, y aprendamos a vivir desde otra perspectiva más comprometida, donde el bien común sea un reto objetivo a conquistar entre todos, asumiendo cada uno su responsabilidad única... El mundo creado no es un juego de azar, a pesar de que el hombre contemporáneo quiere estirar tanto sus posibilidades...

No pasaremos nunca la barrera de nuestra capacidad, por más que queramos mirar para otro lado, haciendo intentos vanos, desproporcionados, ilusos... Aceptemos la propuesta de Jesús hoy, y pidamos el Espíritu Santo... con su luz, se desvanecerán las sombras que nos impiden conocer el bien, y quererlo como remedio eficaz de todos nuestros anhelos...

"Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza y el juramento
que juró a nuestro padre Abrahán. 

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días" (Lc. 1,69)...


El momento presente nos cuestiona y preocupa a todos; clamamos al cielo, seguros que el cielo nos respalda ¡¡¡seamos humildes!! Busquemos socorro y amparo en la misericordia de Dios... pidamos por los enfermos del blog... uno a  uno... también sus familias... y todos los sumados a esta pandemia, que nos entrecorta el respirar... Recojamos nuestro sentir angustiado en la intercesión del Beato Tito y renovemos la confianza ¡¡plena confianza!! somos los peregrinos de esta perla, que conduce, serena, calma... nos fiamos de Dios y a Él confiamos nuestro presente amplio, que cobija el mundo entero...
"confiando en el Señor, no me he desviado"... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria