lunes, 7 de enero de 2019

"Te daré en herencia las naciones"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Aunque el ciclo litúrgico de Navidad no queda cerrado hasta la fiesta del bautismo de Jesús; una vez pasada la solemnidad de la Epifanía (los reyes magos), la Iglesia nos va introduciendo en el misterio de Jesús, señalando su identidad y su misión como un subrayado... es lo que vemos hoy recogido en el salmo 2, que rezamos con las lecturas de la misa del día, y que tiene un profundo sentido teológico y eclesial, aunque a nosotros se nos escape... La Iglesia nunca improvisa, ni se expresa al azar ¡todo lo contrario! su paso es concreto y seguro, hasta llevarnos al don...

El cristiano, consciente -tantas veces- de su fe tambaleante e interesada, debe acertar, apoyándose y supliendo esta carencia, en la fe misma de la Iglesia, alimentándose de los ríos de gracia que circulan dentro de ella, desbordados en el misterio de la comunión de los santos, llegando con ello a sanear sus percepciones y fundamentarse sólidamente, aunque, eso sí, será de vuelta cuando recoja el fruto multiplicado... porque la gracia que siempre es gratuita, somos nosotros los que determinemos -con nuestras actitudes- su eficacia...

Empecemos el año acercando, no sólo el oído a la Palabra de Dios, sino prestando nuestra voz a la Iglesia para que su eco resuene, y sean muchos los que escuchando, vengan a recibir su mensaje y encuentren la estrella de la fe para vivir iluminados...

"Voy a proclamar el decreto del Señor; 
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo: 
yo te he engendrado hoy. 
Pídemelo: te daré en herencia las naciones, 
en posesión, los confines de la tierra.»

Y ahora, reyes, sed sensatos; 
escarmentad, los que regís la tierra: 
servid al Señor con temor, 
rendidle homenaje temblando" (Salmo 2)...


Sigamos de ruta, acompañando a nuestros enfermos, acercándonos cada vez más a la confianza... recordándolos a todos, uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo, y pidamos por ellos, para que el camino de la fe les ayude a encontrar la perla que guarda su dolor y podamos recoger de la fe de cada uno, los frutos que deseamos... Que la intercesión del Beato Tito nos ayude a sembrar en tierra buena y recibir de Dios el ciento por uno...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...