viernes, 31 de julio de 2020

"Que me escuche tu gran bondad, Señor."...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Que me escuche, Señor, tu gran bondad”… – POR LA INTERCESIÓN DEL ...

Nos rendimos ante cualquier superstición, novelería, extravagancia; nos vamos detrás del último iluminado que nos sale al paso, y qué reacios para acercar el oído a la Palabra con mayúsculas, que ilumina, conduce, regenera, sana y salva...

Condicionamos por el prejuicio el don de Dios, quedándonos siempre en la periferia de todo ¡¡somos superficiales!! el ser humano sin raíz, sin cultivar el alma, sin el soporte de la gracia, es del todo vulnerable, incapaz de elegir bien si hay que cultivar la paciencia y la esperanza de la no apariencia... tantas las ofertas contrarias que nos seducen, y que si somos honestos hemos de reconocer que son vanas casi al completo...

Jesús tiene palabras de vida, y cada día se proclaman para nosotros... ojalá no seamos como los oyentes que aparecen hoy en el evangelio que dan por supuesto el imposible de poder tener tan cerca Alguien y algo, tan por encima de lo habitual... se quedan sin el mensaje y sin el mensajero; cegados no por la luz sino por la soberbia, dejan pasar el don infinito de la presencia de Jesús y el eco de su Palabra, creadora y recreadora... El salmo 68, que rezamos hoy con la liturgia, nos acerca la verdadera experiencia de quien se atreve a fiarse de Dios, sostenerse en su gracia y vivir confiado en el soporte de la fidelidad de Dios que siempre cumple su Palabra...

"Más que los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
más duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver lo que no he robado?

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. 


Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,

que tu fidelidad me ayude" (Salmo 68)...

Me devora el celo de tu Templo Automático Dios mío, sálvame, que ...

Pensemos, como cada día, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo suplicantes, pidiendo al Señor que manifieste su poder sobre nosotros por la intercesión del Beato Tito, dando la salud a los que pasan por la senda difícil de la enfermedad, sostenidos por la confianza... Que acojamos la gracia y seamos coherentes con lo que pedimos a Dios, no dejando de lado, lo que también Él nos pide a cada uno de nosotros...

"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria