sábado, 30 de enero de 2021

"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La esperanza descansa en la fe, mientras lidia en el tiempo contra viento y marea... El evangelio de la misa de hoy, nos pone de manifiesto la fuerza de la Palabra de Dios ante cualquier tempestad en la que puede parecernos que Dios duerme indiferente, y lo que por el contrario hace es dar estabilidad al balanceo brusco del viento de la vida, que tantas veces provoca en nosotros el grito tembloroso pidiendo auxilio al cielo...

Escuchemos a Jesús decir «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?», hasta que podemos decir asombrados, «¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!»... Demos espacio al actuar de Dios, sin dudar aunque no entendamos, y hagamos travesía con Jesús para que podamos zarandearle cuando nos sintamos ir a la deriva, hasta ver que quedamos a salvo...

La primera lectura de la misa es un canto a la fe, que incorpora la vida en el misterio de Dios y nos enseña a vivir de sus promesas en la confianza de que Dios es fiel y cumple su palabra...  

 "Suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. 

 Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza. 

 Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán,
para concedernos que, libres de temor, 
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días" (Lc. 1,69)...


Volvamos a rezar para que de verdad despertemos al deseo de Dios sobre nosotros, y se realice con nuestra adhesión a ello -en cada uno- la obra de la gracia... Pensemos, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo amparándonos una vez más en la intercesión del Beato Tito, para que presente ante la Virgen y su Hijo nuestras súplicas confiadas... Sabemos que pedimos milagros, pero es aquí donde se pueden pedir, y desde aquí, de donde se pueden esperar... cultivemos la fe hasta recoger sus frutos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria