jueves, 23 de enero de 2020

"En Dios confío y no temo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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La liturgia hoy en la primera lectura nos pone delante una escena de fácil censura y de difícil reconocimiento... el pecado de envidia se roza por nosotros sutilmente y de múltiples maneras, a veces, haciendo estragos estrepitosos que nos terminan cegando, arrastrándonos lejos y dificultando mucho el posible retorno... Es bueno alertarnos con la escucha de esta Palabra, que define muy bien las actitudes que dañan al hombre de raíz y le incapacitan para el bien y la bondad, que Dios le concede, y le pide...

También Jesús, que comienza su andadura provocando una atracción arrolladora entre los primeros que se le cruzan en el camino, verá pronto cercado su paso por los mismos que tenían que favorecerlo; y es que el ser humano necesita una luz potente en su vida para no torcer el camino que le conduce a donde va, a pesar de mostrarnos tan resistentes cuando barruntamos que puede estar cerca esta gracia, que a la vez, alumbra y compromete... se llama Jesús...

El salmo 55 es una oración preciosa, servida hoy en la liturgia para disponernos a recibir de Dios la fuerza para adherirnos a Él y perseverar en medio de los avatares que nos sorprenden cada día... No olvidemos nunca que Dios siempre va delante de nosotros, abriéndonos paso, conduciéndonos por senderos de vida... Confiar en Dios es acertar en la vida, a pesar de que no sea fácil, ni inteligible muchas veces, pero siempre es seguro y fértil... el fruto queda garantizado en su Palabra, y Él es fiel...

"Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa. 

Anota en tu libro mi vida errante,
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios.

En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo;
¿qué podrá hacerme un hombre? 

Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias" (Salmo 55)...


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Lleguemos a nuestro punto de encuentro diario... que seamos enriquecidos por la comunión... recordemos a los enfermos del blog y paremos a pensar en ellos... en todos, uno a uno... también sus familias...... miremos también a nuestro Beato Tito, cruz de guía en nuestro peregrinar a la confianza, para que nos lleve al cielo, como lo suele hacer, nuestras plegarias y nuestras súplicas... y que el cielo nos devuelva en gracia lo que necesitamos y no dejamos de insistir con paciencia y esperanza... queremos la salud de nuestros enfermos y que puedan sentir el consuelo de la fe, en la confianza de corazón... Dios lo puede hacer, y nuestra fe, alcanzarlo...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.


Padrenuestro – Ave María – Gloria …