miércoles, 6 de diciembre de 2017

"¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. 
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, 
que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. 
Se acercaron y lo despertaron gritándole: "¡Señor, sálvanos que perecemos!" 
Él les dice:"¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?". 
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. 
Los hombres se decían asombrados: 
"¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?" (Mt. 8, 23-27):

Para "velar" el sueño de Jesús en medio de la tempestad, hay que tener muy profundas, las raíces de la confianza... Es bonito -en este texto- contrastar cómo a los discípulos les falta la fe para dominar la situación, pero, a su vez, creen en el Maestro, porque reaccionan gritándole para que actúe... Muchos de nosotros podemos vernos reflejados aquí... 

Paseando atentamente la mirada por la escena, sería provechoso pararnos a escuchar el "reproche" de Jesús, a fin de guardarlo en el corazón hasta que resuene en lo muy interior de nosotros, capacitándonos para lanzarnos a la tempestad de la vida, en la seguridad de que somos cuidados... en la certeza de que está con nosotros en la barca, y Él si domina, el presente y todas las tempestades que nos azotan en él... 


Ciertamente la fe no se improvisa... Jesús va enseñando paso a paso este camino duro de la vida, entre signos prodigiosos y tempestades, a fin de que los hijos del reino estén equipados para hacer frente a la cruz... Ellos verían morir todas sus esperanzas en la tragedia del maestro (los que perseveraron vieron también su gloria)... nosotros, sólo si cambiamos de perspectivas, podremos mantener centrada la mirada en las promesas que esperamos... Por muchos vientos que Jesús nos amaine, y muchas tempestades que calme, tenemos que enfrentarnos a lo real, que siempre es caduco, temporal y efímero...

Tenemos las armas para creer y mantenernos firmes; ojalá no titubeemos en lo esencial... Nunca vamos a tientas si nos acercamos a Jesús, pero Jesús respeta nuestra libertad... nuestras opciones... nuestras decisiones... Seamos valientes y acertemos al escoger qué camino seguir... vayamos en la barca con Jesús y tomemos tierra con Jesús... siempre cerca de Jesús... Gritemos sin miedo... pero abramos el oído cuando despertemos a Jesús, porque también a nosotros nos dirá si reparo, "¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?"... 


Recorramos la lista de los enfermos del blog... pensemos en todos, uno a uno... también en sus familias... y ejercitemos la fe... creamos en Jesús... acudamos a la intercesión del Beato Tito para que sea su fe, la que encabece nuestra peregrinación a la confianza... pongamos a nuestros hermanos a los pies de Jesús y creamos... ahí está la curación... los prodigios... los signos... será nuestra fe y nuestra coherencia a la fe, la que nos llevará a la alabanza, cuando veamos la gloria de Dios en cada uno... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …