lunes, 24 de mayo de 2021

"¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
   
¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Celebrado Pentecostés, y concluido el ciclo de Pascua, la liturgia retoma el tiempo ordinario al amparo de la Virgen, bajo la advocación de Madre de la Iglesia; fiesta recientemente incorporada a la liturgia por iniciativa del Papa Francisco...

iniciamos esta nueva etapa como en la iglesia naciente, con María, prototipo de la fe pascual, primera discípula de Cristo, y entregada en la cruz como Madre nuestra, a la vez que le fuimos dados nosotros a Ella, como hijos suyos... iniciativa que parte directamente de Jesús, lo que garantiza que ese pacto permanece actualizado permanentemente por la gracia, porque los dones de Dios son irrevocables...

La presencia maternal de la Virgen es un soporte a nuestra fe, una luz de esperanza en la noche oscura del mundo que vivimos, un estimulo para el amor fiel, comprometido, signo del Reino... No nos apartemos de la Madre... recorramos junto a Ella el camino de la vida y apoyemos nuestra fe en la suya, dejándonos conducir... el Espíritu Santo y la Virgen son los raíles en los que sostenernos... pidamos a la Virgen su intercesión, su amparo, Ella nos da a Jesús y nos lleva hasta Él... Recibamos de Jesús la encomienda de recibirla entre las cosas más nuestras, que con Ella llegamos a la gracia y la fe...  

"Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! 

Se dirá de Sión: «Uno por uno,
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado». 

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí». .
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti»" (Salmo 86)... 


Recemos humildes, unos por otros, y unamos fuerzas para reforzar la comunión y la fe... Recordemos a los enfermos del blog, peregrinos de la confianza... todos, uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo y pidamos la intercesión del Beato Tito, para que nos sintamos socorridos, fortalecidos, ayudados... Que Dios y su misericordia vengan sobre nosotros, como lo pedimos con fe, mientras aguardamos la esperanza en su poder, por su Palabra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria