jueves, 17 de febrero de 2022

"Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La persona de Jesús guarda un misterio que sólo el Espíritu Santo nos puede desvelar... pisar el terreno de la fe nos lleva a otra dimensión, que obliga saltar por encima de nuestro saber y entender... Dios tiene que morir por nosotros para iluminar el dolor que nos impuso el pecado, y nos salva por su misericordia, aunque, es cierto, no nos libra del sufrimiento; no se libró él tampoco, a fin de enseñarnos confianza...

Reconocer en Jesús el amor infinito de Dios al mundo, nos da la ventaja de la esperanza de la gloria; pero, eso sí, a la vida eterna, vamos a través del tiempo y sus inclemencias... no nos olvidemos que la cizaña ha sido plantada en el mismo campo que el trigo, y quiere abrirse paso entre las espigas llenas de grano, dificultándole su crecimiento; amenazando la abundancia de fruto el día de la siega...

Jesús es Dios, y tenemos que creer en él, vincularnos a su persona por la gracia, y acoger su entrega hasta la muerte como el verdadero don que nos salva... nosotros somos pecadores, y a la cruz de Jesús le pesan nuestros pecados, los míos y los tuyos también, por eso, no hay que escandalizarse del mal, sino vivir unidos a Jesús para pisar en sus pasos el camino del bien y acercar su Reino a este mundo... Renovemos nuestra fe en él, rezando con la Iglesia el salmo 33, bendiciéndole y dándole gracias, porque sus dones son irrevocables...

"Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias. 

Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha v lo salva de sus angustias" (Salmo 33)... 


Viviendo juntos la fe, pensemos y recordemos a todos los enfermos del blog, y pidamos por ellos, uno a uno... también sus familias... Nos acogemos a la intercesión del Beato Tito y acercamos al centro "los suspiros" de cada corazón, con los que cada uno suplica al cielo el socorro de sus necesidades... Sabemos que muchos están atravesando grandes tempestades y les acunamos en la confianza para que mantengan la actitud que les permita creer y esperar... Dios nos trabaja en su Voluntad para darnos vida, y de Él, tenemos que fiarnos, sin entender, pero sin vacilar...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...