sábado, 23 de junio de 2018

"Dios sigue hablando hoy con nosotros para ofrecernos su compañía y mostrarnos el sendero de la vida"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Dentro de la liturgia, la escucha de la Palabra asume un significado particular, "cada domingo, la Palabra de Dios es proclamada en la comunidad cristiana para que el día del Señor se ilumine con la luz que proviene del misterio pascual"... La liturgia tiene su pedagogía y hemos de dejarnos conducir por ella: "en la celebración eucarística asistimos a un verdadero diálogo entre Dios y su pueblo. En la proclamación de las lecturas bíblicas, se recorre la historia de nuestra salvación como una incesante obra de misericordia que se nos anuncia. Dios sigue hablando hoy con nosotros, para ofrecernos su compañía y mostrarnos el sendero de la vida. Su Palabra se hace intérprete de nuestras peticiones y preocupaciones, y es también respuesta fecunda para que podamos experimentar concretamente su cercanía" (misericordia et misera, n. 6)...

El Papa recalca la importancia de la homilía y la catequesis, y da las claves para que cumplan su objetivo de hacer valorar en el corazón de los creyentes la grandeza de la misericordia... Si nos valemos de los medios adecuados -propuestos y elaborados por la Iglesia- nos vamos adentrando en la vida cristiana de manera progresiva, cultivando la fe, a la misma vez que la vamos incorporando a nuestro vivir cotidiano, casi de manera natural, dando a nuestras acciones la expresión de la misericordia, que es lo que no dejamos de percibir y recibir, a través de la gracia de Dios...


El compromiso con la misericordia lo vamos adquiriendo por el conocimiento y la adhesión a los valores propuestos por Jesús, que nos van humanizando el corazón y haciendo sensibles a las necesidades de los demás, desde la acogida... el servicio... la comprensión... el amor gratuito... Tengamos actitud de discípulos y atendamos a las enseñanzas del Papa, expresión directa de la Iglesia, madre y maestra, que se esfuerza en acercarnos el bien y la luz para que lo podamos practicar...

Recemos unos por otros y acordémonos de los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Desde la intercesión del Beato Tito, miremos al cielo suplicantes, y esperemos de Dios su misericordia... Él sabe que pedimos la salud de todos, y la gracia del consuelo, la esperanza, la fortaleza y la fe, para avanzar en la confianza, mientras caminamos esperando un nuevo amanecer...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María