lunes, 4 de marzo de 2019

"Alegraos, justos, y gozad con el Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Nos enfrenta hoy la liturgia a nuestra verdad última, confrontada al mayor don: el pecado y la misericordia... La experiencia del pecador arrepentido y perdonado, no es transferible ni puede ser interpretada desde fuera... el proceso de la incorporación a la gracia no lo hacemos nosotros, aunque en nosotros se realice; el ser humano condicionado de raíz, dividido en su mismo núcleo, tiene que entregarse a la confianza para ser curado en la misericordia de Dios... 

El pecado que cura la misericordia, es el que nos da el fruto de la conversión... Duele mucho dejarse amar sin merecerlo, reconociendo a la vez las consecuencias de nuestros pecados, pero es el camino que la gracia ha elegido para llevarnos al corazón de Dios y ser devueltos a la vida, acercando entonces esta luz a los demás...

Valoremos el perdón reconociendo nuestros pecados y entremos en este proceso personal de ser acogidos en el mayor don que se nos ofrece mientras vivimos... restablecer nuestra dignidad en la misericordia dejando el alma "trastocada" por la gracia hasta ser dichosos, como bien reza el salmo 31 en la liturgia hoy, invitándonos a unir nuestra voz a la de la Iglesia y entregando a Dios su misma Palabra después de quedarnos con ella, para permitirle dar frutos de vida en nosotros, siempre en bien de los demás...

"Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño. 

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

 Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.

Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación" (Salmo 31)...


Recordando a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo suplicantes y presentemos a Dios los anhelos que llevamos dentro, en la confianza de que "para Dios nada es imposible. Dios lo puede todo", como nos ha dicho hoy su Palabra... Que la intercesión del Beato Tito, haga nuestra fe fuerte para ser coherentes con lo que pedimos, sin olvidar lo que debemos aportar a nuestras súplicas...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...