Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.
Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!
"Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza,
porque les enseñaba con autoridad y no como sus escribas" (Mt. 7,28).
Si nos hemos metido de lleno en el contenido del discurso del Reino, proclamado por Jesús, una vez que lo hemos escuchado de sus labios en su totalidad, de forma pausada... reflexiva... meditada.... podemos reconocer qué sensaciones provoca en nosotros esta concesión de la realidad, y si estamos dispuestos a implicarnos en esta propuesta...
La gente que escuchó a Jesús, estaba admirada... comparaba este discurso a otros que escuchaban de manera habitual en el ámbito religioso... y, qué diferente el eco y la motivación provocada por estas Palabras "disonantes" y "contra-culturales", que aún no tienen espacio, como no se lo demos dentro de nosotros... y será entonces, desde nuestras actitudes, desde donde las proyectemos en el vivir de cada día... sólo así acercamos el Reino... ""hacemos el reino""...
Celebramos hoy en la liturgia la solemnidad de Jesucristo Rey del universo... ¡¡buen broche para afirmar su Palabra con un acto de fe, y el compromiso de alistarnos a sus filas y adherirnos a su reino...
Reino de paz y justicia... Reino de vida y verdad...
Reino que sufre violencia... Reino que habita en nosotros...
Reino que ya ha comenzado... Reino que no tendrá fin...
anunciemos este reino y seamos de los que viven en Él...
Acudamos a nuestro encuentro como cada día y recemos unos por otros desde la fuerza de la comunión... acojámonos, como solemos hacer, a la intercesión del Beato Tito y miremos al cielo con el corazón suplicante... recordemos a los enfermos del blog... a todos,. uno a uno... hagamos especial hincapié en los más pequeños que están pasando trances duros... -Irene nos sigue necesitando mucho... ella y sus papás... Laura de 8 años, que incorporamos hoy, hospitaliza dese hace dos meses con leucemia... Alonso de 3 años, por el que ya rezamos, que gracias a Dios mejora, pero aun necesita refuerzo- ... y todos sin excepción, porque para todos pedimos la salud junto con la fortaleza.... la esperanza... la paciencia... y la confianza que alimente la fe y que a su vez se alimente de ella...
Confiemos en el Señor a ciegas.... fiémonos de su amor y de su Palabra... Él gobierna cielo y tierra, y en su Voluntad, somos todos amados infinitamente... no quedaremos defraudados... sigamos cultivando la raíz, a la espera de la calma que llegará...
Beato Tito, ruega por nosotros...
Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.
Padrenuestro – Ave María – Gloria …
