domingo, 21 de marzo de 2021

"Oh Dios, crea en mí un corazón puro"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Sobresale en el evangelio de hoy una voz, a la que ojalá nos sumemos hasta hacer del deseo, encuentro, "queremos ver a Jesús"... porque seremos llevados a Él, y con Él, entraremos en su misterio, quedando nuestro corazón iluminado...   

Jesús está muy cerca del drama que le hemos proporcionado los humanos, y gracias a su coherencia y fidelidad, encontraremos salida -nosotros- a las sombras del pecado y la muerte, que son el cepo que nos impide encontrar respuesta a esas ansias que desde lo más hondo de nosotros mismos, nos mantienen errantes y perdidos, eternos buscadores de lo que el mundo no puede darnos... El corazón del hombre tiene la medida de Dios mismo, y sólo si Dios ocupa ese lugar, nosotros hallaremos la paz en el tiempo y el cielo en la eternidad... 

Pero el misterio pasa por el silencio del dolor y la muerte, que es donde se produce la trasformación del grano en la espiga... acerquémonos a Jesús, escuchemos su Palabra, sigamos sus pasos hasta entrar en el camino que conduce, que avanza, que calma la sed el alma, ampliando el horizonte en la esperanza que sostiene la fe en las promesas de Dios... Necesitamos purificar el corazón, y hoy la liturgia nos sirve el salmo 50, oportuno para reconocernos pecadores, y pedir humildes el perdón de Dios, siempre dispuesto a la misericordia...

"Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. 

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti" (Salmo 50)...


Rezar cada día unos por otros, unos con otros, es cuidar la fe y disponernos a dar frutos de vida eterna mientras vamos aún de camino... Pensemos, entonces, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... sus familias...  Llevemos a la presencia de Dios el dolor de todos, tantos anhelos, tantas lágrimas rezadas con fe y devoción... nos ayudamos de la intercesión del Beato Tito, para que nuestra fe sostenida en la suya, nos alcance de Dios y su misericordia, los frutos que esperamos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria