lunes, 18 de junio de 2018

"La misericordia, pide ser siempre celebrada y vivida en nuestras comunidades"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


No está dispuesto el Papa a dejar apagar "las ascuas" que el año de la misericordia ha mantenido encendidas en la Iglesia, caldeando el alma de cada hijo de Dios, necesitado de encontrarse personalmente con la gracia de Dios, y dar sentido a su vida, a la vez que contenido sólido, a sus ilusiones, conquistas, e ideales... La condición humana se encuentra con sus límites antes que con sus posibilidades; y muchas veces, rompemos el tesoro que portamos, antes de saber el precio en que está tasado; de ahí, que la rendija por la que asoma la misericordia, sea la gracia que más tengamos que valorar y cultivar, porque de ello depende, si nos disponernos a su búsqueda, que lleguemos a encontrarnos de cerca con la luz que es capaz de orientar y dirigir nuestros pasos, hasta la verdad y el bien verdadero...

No le bastó al Papa la bula de convocación para el Jubileo extraordinario de la misericordia "MIsericordiae Vultus", que ha querido al concluir éste, escribirnos una carta apostólica "Misericordia et misera", para dejar abierto un camino en la Iglesia, donde nos podamos identificar todos los que decididos a pertenecer a ella, nos dispongamos a darle visibilidad en los valores que la definen...


"Misericordia et misera -dice el Papa- son las dos palabras que san Agustín usa para comentar el encuentro entre Jesús y la adúltera (cf. Jn 8,1-11). No podía encontrar una expresión más bella y coherente que ésta para hacer comprender el misterio del amor de Dios cuando viene al encuentro del pecador: «Quedaron sólo ellos dos: la miserable y la misericordia». Cuánta piedad y justicia divina hay en este episodio. Su enseñanza viene a iluminar la conclusión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia e indica, además, el camino que estamos llamados a seguir en el futuro"...

"La misericordia no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio. Todo se revela en la misericordia; todo se resuelve en el amor misericordioso del Padre... En este relato evangélico, no se encuentran el pecado y el juicio en abstracto, sino una pecadora y el Salvador. Jesús ha mirado a los ojos a aquella mujer y ha leído su corazón... Una vez que hemos sido revestidos de misericordia, aunque permanezca la condición de debilidad por el pecado, esta debilidad es superada por el amor que permite mirar más allá y vivir de otra manera" (misericordia et misera, n.1)...


Todos podemos hacer esta experiencia nuestra, y enriquecernos en ella mirando en la dirección correcta, haciendo ruta por los senderos que conducen a humanizar nuestro corazón en el mismo amor de Dios, siempre dispuesto al perdón y la misericordia... Ojalá dejemos prender en nosotros los mismos rasgos que dan al amor la expresión de la caridad, hasta sembrar flores de esperanza a nuestro paso, ampliando esta visión de la vida, dando forma a la gran familia de los hijos de Dios... amados por ser hijos, acogiendo el amor gratuito, para poder amar gratuitamente...

Miremos a los hermanos con los que hacemos camino cada día, y pensemos en todos los que nos tienden la mano mostrando su necesidad, para suavizarla al compartirla... pongamos en la vanguardia a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... cada uno con su dolor y su esperanza... también a sus familias... Acogiéndonos a la intercesión del Beato Tito, dejemos en sus manos lo que nos preocupa y queremos alcanzar por la fe y la confianza... Senderos tortuosos, pero iluminados... Dios es fiel... su misericordia es eterna...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María