miércoles, 15 de agosto de 2018

"La conformidad entre vida y testimonio es la primera condición para el anuncio del evangelio"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Los mandamientos de la Iglesia con sus exigencias de mínimos 
quieren recordar que no hay vida cristiana sin esfuerzo moral, 
sin participación concreta en la vida sacramental de la Iglesia 
y sin vinculación solidaria con ella. 
Son obligatorios a todo cristiano católico".
(Youcat n. 346)

Si prescindimos de la Iglesia y de su Magisterio para vivir la fe, no somos coherentes ni encontraremos nunca en la fe, lo que la fe nos puede proporcionar... Nos somete la cultura a sus roles y entramos en ello sin resistirnos, oponiéndonos a acoger el bien verdadero, sin valorar, que lo que nos construye verdaderamente es la gracia, y que sin la gracia, nuestra vida no tiene recursos para llegar a descubrir el verdadero sentido y contenido de la vida misma...

Sin escucha de la Palabra... sin Sacramentos... sin ampliar la mirada al cielo... nuestra vida enferma de muerte, sin alertarnos además a salir de esta situación globalizada, que tanto nos empobrece y tan recortados nos deja nuestros anhelos mas profundos de eternidad...

La Iglesia nos señala cómo se cultiva el don, aunque a esa gracia tenemos nosotros que aportar la adhesión, el deseo, el compromiso, y la disposición a la experiencia que es lo que de verdad transforma...

Lo que la Iglesia indica lo hemos olvidado por falta de costumbre... recordemos entonces nuestros deberes: 

1.- Oír misa entera los domingos y fiestas de precepto.
2.- Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte y si se ha de comulgar.
3.- Comulgar por Pascua de Resurrección.
4.- Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
5.-  Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
                                             (Youcat n. 345).


Al rezar unos por otros, presentamos al Señor la necesidad de trasformar nuestras mentes para que nos rindamos a su Voluntad sin entrepuestas... Si no construimos desde abajo, en lo simple, en los pequeños deberes que nos van permitiendo dejarnos tocar por la gracia, las cosas grandes no llegarán nunca a ser vividas a fondo... Necesitamos de Dios y hemos de ser coherentes a la hora de extender nuestras manos pidiéndole ayuda...

Tengamos nuestro momento compartido como cada día, y zambullamos nuestra fe en la comunión de los santos, y con la mirada puesta hoy en la Virgen María, modelo acabado de cristiano, pidamos confiados, humildes, suplicantes, la salud para cada uno de los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Ayudados de la intercesión del Beato Tito, renovemos nuestra fe no sólo en Dios, sino también en la Iglesia y comprometámonos a poner por obra sus enseñanzas... Los frutos serán para nosotros y veremos maravillas al compartirlos y ver la gloria de Dios reflejada en cada uno...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...