viernes, 16 de octubre de 2020

"Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Si aprendiéramos la enseñanza de Jesús, si creyéramos sin trabas en su Palabra, descansaríamos de corazón en la confianza... nos falta tacto, confundidos por tantas falsas apariencias, para intuir qué es la verdad, dónde nos lleva el tiempo, y en qué empleamos la vida... nos afanamos competitivamente, además, por alcanzar de forma permanente lo que es del todo momentáneo y efímero, y florecemos en el desencanto, en vez de perseguir conquistas en lo permanente... ¿de verdad, aún creemos, que esta cultura nuestra por los caminos que pisa, puede llevarnos al bienestar, progreso, justicia, solidaridad? ... ¿de verdad no nos asusta el disloque donde el mismo pecado de Adán, millones de siglos después, nos ha vuelto a hacer a todos esclavos de la infantil idea de que podemos ser como Dios?...

La ambición codiciosa, fruto maduro del egoísmo desacerbado, se ha quedado con todos los planos, y seguimos durmiendo en los laureles, soñando cuentos de hadas mientras los cimientos se resquebrajan... ¿de verdad podemos ser como Dios? ¿de verdad estamos creando un paraiso  para vivir y convivir?... Jesús se pronuncia y hace frente a la mentira, sociabilizada también entonces, con una palabra de realismo, que no evade la dificultad que conlleva ir contracorriente, pero retándonos a la novedad de mirar más alto y contar con la consoladora verdad de que a Dios, el mundo no se le ha ido de las manos, a pesar de que hay muchos que se creen dominarlo... 

Estamos a salvo si descubrimos por la fe, que el tiempo no agota la vida, y que la vida incluye más peldaños que los que pisamos nosotros y que los que vislumbramos... Quien es capaz de dar este paso al frente, podrá rezar con la liturgia el salmo 32 y hacer de la fe alabanza, porque Dios merece ser reconocido y amado, y nosotros debemos ser, quienes le reconozcamos y le amemos...

"Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. 

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. 

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres" (Salmo 32)...


Que no cesen las plegarias al cielo en estos momentos trágicos que vivimos... Pidamos fe y esperanza para los enfermos, que éso es también pedir la salud... Sabemos que el tiempo no es más que camino, y todo camino conduce a un destino... Que nos acompañe la oración sostenida por la fe de todos los que rezamos... y que la intercesión del Beato Tito, acerque al cielo nuestro dolor, y nos permita sentir respuesta de gracia para todo lo que pedimos a Dios, con humildad y confianza... Porque Dios lo puede todo, y nos ama...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...  

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria