domingo, 28 de febrero de 2021

"Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia de este segundo domingo de cuaresma quiere dejarnos en el alma la certeza de la gloria de Dios, que en Cristo se nos da a gustar, en medio de los avatares de la vida... Necesitamos que la fe aporte a nuestro espíritu experiencias reales de que Cristo ha resucitado y hace con nosotros el camino de la vida, que pasa inevitablemente por la prueba y el dolor, generados por nosotros mismos, que vamos dejándonos seducir por la soberbia, creyendo que podemos ser como Dios y dominar la existencia a nuestro arbitrio, con lo que hacemos imposible lo mismo que deseamos...

La fe nos traza otro camino, aparentemente ilógico, contradictorio, que sólo la escucha de la Voluntad de Dios permite avanzar al recorrerlo... Abrahán es modelo de fe, y testigo de que Dios cumple su Palabra, y bendice multiplicado cada gesto de confianza que sin entender creemos, lanzándonos a cruzar barreras que la razón nos oscurece e impide que nos ilumine la fe...

La Cuaresma es alimento sólido para la fe, y la liturgia nos permite contemplar la gloria de Dios, capacitándolos por la esperanza a iluminar el tiempo en los misterios que nos envuelven, y a los que nos acercamos cada día, mientras hacemos el camino hasta la Vida... Oportuno el salmo 115 para poner en acto la confianza uniéndonos a la oración de la Iglesia...

"Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. 

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. 

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén" (Salmo 115)...


Seguimos pisando tierra movediza, cada día más necesitados de Dios ¡¡aturde el grito del mundo!! ¿cómo paliar tanto dolor?... reforcemos la oración, sostengamos entre todos la llama de la fe... Pensemos, como cada día, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... sumemos los infectados de esta pandemia y todas las tragedias que van naciendo de ella, y pidamos para todos socorro al cielo por la intercesión del Beato Tito... en su fe apoyamos la nuestra, ansiosos de ver frutos de vida nueva entre nosotros, que nos adhieran al Señor, comprometidamente...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria