viernes, 24 de enero de 2020

"Misericordia, Dios mío, misericordia"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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La primera lectura de la misa de hoy, nos sigue dando pautas de cómo actúan quienes viven referidos a Dios, al margen de donde sople el viento... en el fondo, lo que dicta la nobleza del corazón humano es la libertad de elegir el bien a pesar de los desvíos de quienes actúan torcidamente... Afinar la mirada, hasta ver a las personas por lo que son  y no por lo que hacen, conlleva un rodaje que no todos están a la altura de poder llevarlo a cabo... Lo expresa muy bien la lectura que hemos proclamado, y nosotros mismos podemos sacar las conclusiones observando el actuar de Saúl y David...

Podemos también al eco de esta Palabra, buscar en el evangelio de hoy nuestro nombre, porque Jesús está llamando a los que quiere que vayan con Él, y quizás aparezcamos nosotros entre ellos, en ese grupo de llamados, que son además, elegidos... Jesús no improvisa; Él actúa siempre vinculado al Padre; de ahí, que sus decisiones sean siempre acertadas, en función de lo que Dios decide... Su obrar, dictado desde lo alto, le hace depender del Padre, donde él quiere llevarnos a cada uno, permitiéndonos participar en su misma relación y vínculo, para mostrarnos una realidad superior, que aún no conocemos y que también es para nosotros... 

Rezar el salmo 56 al abrigo de la liturgia es disponernos a recibir las gracias que Dios quiere darnos, y que nosotros necesitamos para vivir con acierto y obrar rectamente...

"Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas,
mientras pasa la calamidad. 

Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí.
Desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad. 

Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Por tu bondad que es más grande que los cielos,
por tu fidelidad que alcanza las nubes" (Salmo 56)...


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Pensemos, como cada día, en los enfermos del blog... hasta recordar a todos; sí, uno a uno... también sus familias... que el dolor no les nuble el horizonte, y nuestra oración por ellos les sostenga en los momentos más vulnerables... Pidamos la intercesión del Beato Tito para llevar al cielo nuestras súplicas, y que el cielo nos devuelva en bendición el fruto de nuestra fe, dándoles la salud a ellos, y a todos nosotros, la gracia de adherirnos al Señor incorporando a nuestro vivir diario, sus valores, sus criterios, sus preferencias... su Voluntad...

"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.


Padrenuestro – Ave María – Gloria …