miércoles, 22 de mayo de 2019

"Vamos alegres a la casa del Señor"...



 Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


¡¡Cuánto nos dice Jesús de sí mismo en estas afirmaciones que encontramos hoy en la liturgia, y cuánto sugiere a nosotros, si pensamos qué nos resuena dentro cuando la escuchamos revelarse a nosotros mismos!!...

¿Estamos en esta misma onda para percibir y darnos cuenta que tenemos delante todo lo que necesitamos para vivir seguros, firmes, sin obstáculos que nos cerquen nuestras ansias de infinito?... ¡¡Si tuviéramos alma de niño para acoger el don de Dios sin resistencia!!...

Está el cielo a nuestro alcance y seguimos hambrientos, buscando otros señores que son sólo engaño!!... Escuchemos a Jesús... dejemos entrar su verdad en nuestro corazón y dejémonos conducir por su Palabra... ¡¡nos acerca tanto el cielo!! que se nos escapa por la desproporción que imponemos nosotros con nuestros despistes... El pecado nos incapacita para descubrir la verdad e incorporarnos a ella... Sólo Jesús nos puede curar nuestra inactitud y darnos un corazón dócil, capaz de percibir lo que tanto nos supera...

La llamada la reza el salmo y podemos prestar nuestra voz para que en la escucha demos cabida a la gracia que nos toca...

"¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén. 

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David" (Salmo 121)...


Volvemos a mirar al cielo suplicantes con el corazón en el recuerdo de los que traemos cada día a la presencia del Señor... los enfermos del blog, peregrinos de la confianza... Pensando en ellos, uno a uno... también en sus familias... pedimos la intercesión del Beato Tito, y activamos nuestra fe, esperando de Dios, alcanzar lo que pedimos... eso sí, sin olvidar lo que también Dios nos sugiere a cada uno para que la fe fructifique y la gloria de Dios se refleje en nuestra pequeñez... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...