miércoles, 4 de noviembre de 2020

"El Señor es mi luz y mi salvación"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


¿Nos cuestiona siquiera, escuchar a Jesús proclamar el primer mandamiento con carácter de absoluto, de modo generalizado? las palabras del Jesús en el evangelio de hoy no son optativas, sino condicional "«Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío»"... ¿queremos de verdad ser discípulo suyo?...

No es la fe un recurso mágico para quitar obstáculos y vivir cómodamente ¡¡ahí fallamos!!... la fe no se inventa, ni se escoge a nuestra medida e intereses ¡¡la fe es ella misma!!... si le permitimos que acontezca en nosotros, aportará a lo real nuevas aristas, que amplían la percepción, desvelando nuevo sentido, creando en nosotros un talante ante la vida, que incorpora la trascendencia, verdadera dimensión donde lo inexplicable encuentra su sitio...

El salmo 26, servido hoy en la liturgia, reza la fe y pone de manifiesto esta gracia que hemos de suplicar, deseando que acontezca en nosotros, seguros además, de que Dios lleva la iniciativa, porque todo es gracia, y en la gracia podemos resolver todo...

"El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? 

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor" (Salmo 26)...


Pensando, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... sin olvidarnos los infectados de covid 19, y todos los que están sufriendo las consecuencias de esta pandemia desde tantos ángulos... miremos al cielo suplicantes, pidiendo la intercesión del Beato Tito para clamar por ellos, la salud, del  cuerpo y del alma, y para todos, nuevas gracias actuales que nos hagan posible vivir con coherencia los compromisos de la vida cristiana, reconociendo cuánto necesitamos de Dios y cuán vulnerables somos los humanos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria