viernes, 8 de marzo de 2019

"Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El camino cuaresmal está lleno de contenido, y bien merece que nos demos cuenta de cuántas maneras se nos oferta y acerca la gracia, deseosa de tocarnos el alma con la caricia de la misericordia, y trasformarnos...

El fruto de la conversión es siempre la caridad, ¡¡midamos en ella nuestras actitudes para examinarnos!!... la caridad tan polifacética y práctica a la vez, nos facilita cribar a su luz nuestras intenciones desde la Palabra de Dios, servida para nosotros en la liturgia, con la carga efectiva que le aporta este misterio, que ciertamente nunca agradeceremos bastante por lo mucho que de él recibimos, por la infinita bondad de nuestro buen Dios...

En este contexto fluye solo, rezar el salmo 50, que tendríamos que no separarnos de él durante todo este tiempo cuaresmal, porque el perdón y la misericordia son los dos pilares donde el cristiano tiene que cimentar su realidad, sabedor de la fragilidad de su condición, y seguro a la vez del complemento que nos aporta la gracia... todos somos pecadores y todos necesitamos pedir perdón y ser perdonados...

 "Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

 Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. 

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias" (salmo 50)...


Que no falte tampoco hoy nuestro recuerdo por los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo, en el deseo de traer desde allí para cada uno, aquello que cada uno suplica en su corazón, rezando para que se realice... -los papás de Alfonso nos piden "un suspiro" a cada uno, para que el tratamiento que empezará pronto surta el efecto deseado y su hijo se cure- ...pongamos confiados a todos los peregrinos de la confianza que cada día nos encontramos en este blog, en la manos intercesoras del Beato Tito para que su fe nos traiga del cielo lo que de tantas maneras imploramos, en el deseo de verlo realizar...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...