sábado, 30 de marzo de 2019

"Quiero misericordia, y no sacrificios"...



 Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Volver a encontrarnos con el salmo 50 en la liturgia y rezar con él, convencidos de la necesidad que tenemos de pedir perdón a Dios y ser perdonados por su misericordia, es haber sido tocados por la gracia e ir avanzando por la Cuaresma con la actitud interior acertada de trabajar la conversión, acercándonos a Dios para ser curados de las actitudes erróneas que nos esclavizan solapadamente y que nos impiden ser objetivos y sinceros en la percepción de la realidad...

Ciertamente esta liturgia habla de nosotros... nos alerta de qué actitudes tenemos que cuidar ante Dios y ante los otros para no engañarnos a nosotros mismos... la soberbia y el egoísmo nos incitan a juzgar a los demás y sentirnos superiores a ellos, cuando si somos sinceros, sabemos cuánto nos cuesta salir de nosotros y hacer el bien valorando a los otros y descubriendo el bien en ellos...

La Cuaresma es tiempo oportuno para que la gracia nos toque... El Señor no deja de hacerse el encontradizo y ofrecernos ayuda para que nos liberemos de lo que no nos permite crecer en el bien y despertar a la caridad, que es donde nos intenta conducir la Voluntad de Dios... Recemos con la Iglesia en su liturgia e imploremos la gracia, que sin duda Dios derramará sobre nosotros de forma abundante...

"Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. 

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos" (Salmo 50)...


En este contexto, rezar unos por otros, es acoger la gracia y desear que anide en el corazón de todos, para que nos sea más fácil encontrar sentido a lo que nos acontece descubriendo al Señor, que viene con nosotros acercándonos a Él y a su Voluntad... Pensemos y recordemos a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Que por la intercesión del Beato Tito nos alcance del cielo lo que pedimos con fe y esperanza, seguros de que Dios puede hacerlo... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...