delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.
Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!
No podemos abrazar la fe de forma coherente, hasta que no nos convertimos a la voluntad de Dios y permitimos a la gracia perdonar nuestros pecados... El actuar de Dios está marcado por el objetivo de llevarnos a Él, porque sólo en Él podemos encontrar respuesta a nuestros anhelos... Hoy la liturgia conmemora la conversión del apóstol San Pablo, y si nos acercamos a la Palabra de Dios, quedaremos conmovidos al ver la irrupción de la gracia y la vinculación a ella del "convertido", por la fe...
Los mismos milagros de Jesús, que de tantas maneras buscamos, pedimos, necesitamos; si no son para adherirnos a la gracia y ayudar a otros a llegar hasta ella, no tienen el fundamento que hacen a la fe mostrarnos su eficacia... no podemos vivir al margen de lo que Dios quiere, si pedimos a Dios lo que queremos nosotros... Quienes de verdad se dejan tocar por la misericordia de Dios, no pueden dejar de mirar en esa dirección y querer de corazón que sean muchos los que puedan beneficiarse de ese don, que tanto sobrepasa todos nuestros "quereres"...
¡¡Bonito el salmo 116 por su precisión y firmeza en el acto de fe y de alabanza!!... unamos nuestra voz a la voz de la iglesia y recemos con él...
"Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre" (Salmo 116)...
Recordando, como cada día, a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... y cómo no, el pequeño Julen y toda "la escolta" que le acompaña y trabaja en su búsqueda, miramos al cielo suplicantes, convencidos más que nunca, que somos sólo criaturas débiles, pequeñas, dependientes... Queremos acunarnos en la misericordia de Dios y confiar; y pedimos para ello, la intercesión de los santos, mirando con especial devoción al Beato tito, que hace camino cada día con nosotros, ayudándonos con su fe, a mantener la nuestra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...
Beato Tito, ruega por nosotros...
Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.
Padrenuestro - Ave María - Gloria...