martes, 20 de octubre de 2020

"Dios anuncia la paz a su pueblo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Hoy la liturgia nos invita a la perseverancia, a la responsabilidad, a mantener una actitud activa y dinámica frente a los valores recibidos, ya que la gracia es quien tiene que hacerlos germinar en nosotros, para bien nuestro y de los demás... 

Es fácil enfriarse, dejarse vencer por la comodidad, seguir las corrientes de turno, desistiendo del empeño de construir día a día el edificio sólido de la voluntad de Dios; de ahí, que Jesús nos aliente con su Palabra, desvelándonos de dónde emergen las bienaventuranzas, que empiezan en el aquí y ahora, pero que son eternas... "Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos"...

El salmo 84, servido hoy en la liturgia, nos conduce de la mano, queriéndonos acariciar el alma, dejando impresa en nosotros el regalo de la buena noticia, que Dios mismo anuncia y proclama, para que no vayamos perdidos, a merced de la última ocurrencia del último "iluminado"... ¡¡es tan fácil cambiar el rumbo!!... Escuchemos a Jesús, creamos en Él, acojamos lo que Él nos dice, y seamos coherentes, responsables, agradecidos...

"Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. 

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos" (Salmo 84)...


De nuevo volvemos con el pensamiento y el corazón hasta los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... y pensando en cada uno, miremos al cielo y llevemos hasta allí los anhelos que llevan ellos en su caminar... su dolor, su situación, su lucha y su fe, en la confianza de que somos escuchados y sostenidos en la prueba... No olvidemos tampoco los constantes contagios de covid 19, algunos muy cerca de nosotros, y otros  muchos, diseminados por toda la geografía mundial... que la intercesión del Beato Tito nos ayude a alcanzar lo que pedimos con humildad, seguros de que está al alcance del poder y de la misericordia de Dios...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria