domingo, 13 de marzo de 2022

"El Señor es mi luz y mi salvación"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia del segundo domingo de cuaresma gira en torno a la luz, queriendo despertar en nosotros la esperanza... se nos habla de alianza entre Dios y su pueblo en la primera lectura, del cielo como morada hacia la que nos dirigimos en la segunda, y en el evangelio se nos invita a escuchar a Jesús desde el resplandor de su gloria, sacudiéndonos la modorra en la que vivimos, sumergidos por exceso de estímulos, contrarios al clamor que llevamos dentro...

Jesús va camino de Jerusalén con sus discípulos y sólo él sabe a qué tiene que enfrentarse por salvarnos a todos; y como no es posible evitar a los suyos el escándalo de la cruz, les fortalece la fe mostrándoles su gloria, para que cuando la densa niebla del pecado oscurezca el horizonte de la vida, las certezas guardadas en el alma den impulso para seguir adelante, aguardando con paciencia la fidelidad de Dios y el cumplimiento de sus promesas... Dejémonos arrebatar por la gloria de Dios y sigamos a Jesús hasta el final, porque él es quien vence todos estos desmadres que nos encogen el alma y nos zarandean la fe...

El mundo entero está ahora mismo en un momento de confusión e incertidumbre donde no hay razón que justifique semejante atrocidades, no son las únicas que existen desgraciadamente, pero sí que éstas provocan un impacto grande porque son fruto de todo eso que llamamos progreso y avance, manipulado por la avaricia y la ambición, como si lo temporal fuera eterno... Recemos el salmo 26 con fe y creamos que Dios es el verdadero refugio donde descansar confiados; en él está vencido el mal y por él somos nosotros salvos... 

"El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mí corazón:
«Buscad mi rostro» 

Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor" (Salmo 26)...


Sigamos rezando unos por otros en estos momentos que se tornan trágicos, y donde nos tenemos que ver todos tan dependientes de la misericordia de Dios, única fuerza que puede parar este torbellino, y sigamos avanzando en el camino de la comunión... recordemos, como cada día, a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... y renovemos nuestra intención de ayudarles a mantener en la lucha, el espíritu de fe y de confianza, que les permita sentir la fortaleza, la esperanza, el consuelo, y la paz que da el Espíritu Santo a los que quieren vivir de la gracia, en la búsqueda sincera de la voluntad de Dios... acudimos a la intercesión de los santos, nosotros en concreto, nos acogemos al Beato Tito y miramos al cielo seguros de la bondad y la misericordia de Dios, hacia cada uno de nosotros... imploramos la salud de nuestros enfermos y suplicamos confiados esta gracia...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...