jueves, 29 de octubre de 2020

"Bendito el Señor, mi Roca"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La Palabra de Dios, hoy, nos da las pautas, de labios de san Pablo, para combatir el mal, y nos advierte que el mal es una fuerza poderosa, que por nosotros mismos, es imposible hacerle frente sin que nos devore... ¡¡Todo un proyecto de vida la primera lectura de la misa hoy!! ojalá escuchemos reflexiva y atentamente, con alma orante, porque el cristiano tiene armas, también superiores a nosotros mismos, para enfrentarnos al dilema que nos provoca, la búsqueda del bien, hasta el encuentro de lo bueno... 

Vemos igualmente a Jesús, en el evangelio, amenazado por el continuo freno que intentan poner, quienes le rechazan, a sus pasos, sus palabras, sus gestos... Las sombras del mal, oscurecen el sol cada día, y todos nos vemos inmersos, sin acertar tantas veces, por dónde avanzar hacia la luz... Sólo la Palabra de Dios, abrazada en la fe, y sostenida por la gracia, puede hacernos libres, valientes, deicidios, sabios para escoger... 

Escuchemos el lamento que se oye hoy en la liturgia de labios de Jesús, y démonos por aludidos dejándonos penetrar por su misericordia... "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido"... Descansemos en la alabanza, dando a la fe solidez, que es donde de verdad hemos de sostenerla, mantenerla y crecerla... que Dios sea la Roca, como dice el salmo 143, donde apoyemos la vida...

"Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. 

Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo" (Salmo 143)...


El momento presente nos cuestiona y preocupa a todos; clamamos al cielo, seguros que el cielo nos respalda ¡¡¡seamos humildes!! Busquemos socorro y amparo en la misericordia de Dios... pidamos por los enfermos del blog... uno a  uno... también sus familias... y todos los sumados a esta pandemia, que nos entrecorta el respirar... Recojamos nuestro sentir angustiado en la intercesión del Beato Tito y renovemos la confianza ¡¡plena confianza!! somos los peregrinos de esta perla, que conduce, serena, calma... nos fiamos de Dios y a Él confiamos nuestro presente amplio, que cobija el mundo entero... que venga su espíritu a nosotros y nos dé la valentía de convertirnos a la fe secundando la gracia en nosotros...
"confiando en el Señor, no me he desviado"... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria