viernes, 5 de marzo de 2021

"Recordad las maravillas que hizo el Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El misterio de la encarnación que es la semilla de la gracia, fecundo germen de vida nueva, va sazonando en la liturgia, acercándose a su fruto más maduro que es la Pascua de Cristo, triunfo pagado a un precio incalculable que ojalá no nos pasara desapercibido... ¡¡Dios mismo se ofrece a morir para que no tengamos que morir nosotros para siempre!!... Jesús, mientras se va acercando a su destino; destino donde le hemos llevado nosotros, sigue desvelando a los suyos que su condena a muerte, decisión irracional de quienes dominan este mundo centrados en las ansias de poder y dominio de todo, lo genera el pecado, y el pecado mata antes de morir...

¡¡Imposible comprender a Jesús!! sus criterios son "irracionales", mejor, ¡¡parecen irracionales!!... su escala de valores no entra en nuestros esquemas, porque la cizaña sembrada en nuestro campo, va ahogando la buena semilla sin que nos demos cuenta que nos estamos quedando sin granos, sin cosecha, sin fruto... Jesús ha bajado del cielo a nuestra tierra y ha tomado nuestra condición, para enseñarnos cómo Dios piensa este mundo, que dominado por la codicia, el egoísmo, la ambición, ha sido convertido por el pecado -en todas sus formas-, en un valle de lágrimas, cada vez más lejos de la armonía, la justicia, la paz, la fraternidad...

Sólo hay un remedio, que no comprendemos y que nos resistimos a creer, ¡¡el amor hasta el extremo de Dios, a precio de su sangre!!... si comprendiéramos el actuar de Dios, forzado por nuestros desvíos, acogeríamos su gracia, arrepentidos y agradecidos, e iríamos con Él hasta donde Él va, para que haya retorno para todos...

"Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. 

 Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó.

El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones" (Salmo 104)...


Recordando, como solemos hacer cada día, a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... los infectados de covid por la pandemia... sus familias... volvemos a mirar al cielo suplicando salud para todos a través de la intercesión del Beato Tito, en la esperanza de que el cielo desborde bendiciones y nos cubra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria