jueves, 1 de julio de 2021

"Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El verdadero milagro para la fe es el perdón de los pecados, algo que, casi, ni nos llama la atención a nosotros, y que Jesús hoy en el evangelio pone en valor, queriendo situarnos en el verdadero contexto de la fe activa y práctica, la que ilumina la vida y da sentido al presente y lo temporal, sin sacarnos de lo real, que es el peligro que corremos cuando hacemos de la fe un objetivo interesado para conseguir nuestros deseos, a veces, paradójicamente, sin tener en cuenta a Dios, que es quien nos tiene que resolver nuestros límites...

Acerquémonos a la fe a recibir otra luz para nuestros ojos, otra dirección para nuestros pasos, otras perspectivas para nuestros horizontes... Dios nos llama a la fe dándonos su palabra cada día, invitándonos a la relación con Él... el verdadero tesoro de la fe es la misericordia de Dios en el espacio infinito de su Voluntad, y ese don, se nos ofrece cada día gratuitamente, si queremos de verdad lo que nuestro corazón desea...

Reconozcamos nuestros pecados y liberemos nuestras parálisis, acerquémonos a Jesús que nos purifique la fe de las adherencias que le vamos colgando, seducidos por mentiras que nos ocultan la verdad, neblinas que nos impiden ver claro, caminos que no llevan a ningún lugar... El salmo 114, rezado hoy en la liturgia, saca de nosotros un suspiro suplicante, pidiendo ayuda al cielo para acertar con lo que Dios quiere darnos, o mejor, con lo que no deja de darnos, y que nosotros no acertamos a recibir de Él, porque no afinamos el sentido de la fe en la gracia de Dios, que es el cauce seguro y corto de la misericordia...

"Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. 

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida» 

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. 

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida" (Salmo 114)...


Acogidos a la intercesión del Beato Tito, pedimos la salud de los enfermos, y la conversión sincera de los que queremos ser buenos, porque el pecado también es una enfermedad a la que damos poca importancia, y tiene muchas consecuencias que nos impiden realizar muchos de nuestros anhelos... Que la oración de todos haga florecer nuestras súplicas y veamos realizado lo que pedimos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria