lunes, 29 de noviembre de 2021

"Vamos alegres a la casa del Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Empezamos este camino del adviento de manos del profeta Isaías, que nos anuncia tiempos nuevos, marcándonos un itinerario para avanzar en esta dirección... tenemos que ser instruidos pedagógicamente por la Palabra de Dios y pisar caminos que conducen al bien, la justicia y la paz... 

Los milagros que Jesús hace en su recorrido cotidiano, no tienen otro objetico que suscitar la fe, o permitir a la fe que se exprese; de ahí, que es importante que contemplemos estos hechos desde esa perspectiva... la fe es un proceso interior que tiene que vincularnos a Dios, y hacer de su Voluntad nuestro proyecto de vida; no podemos hacer de Dios una cosa más de las muchas que tenemos, aunque haya para ello que vivir contra corriente, con nosotros mismos, y con todo lo demás... Viene Dios a crear en nosotros esta mentalidad, ofreciéndonos la salvación, liberándonos de todo lo que nos esclaviza... 

Hagamos la ruta del adviento con corazón bien dispuesto, y suspiremos con la Iglesia el eco incesante que no dejara de susurrar "marana tha, ven señor Jesús"... Iniciamos además hoy, la novena de la Inmaculada... La Virgen, prototipo del adviento, puede darnos de su fe, actitudes para creer... ella, que ha creído a Dios ante que a su dudas, puede introducirnos en la gracia que hace posible lo imposible... 

"¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. 

 Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. 

 Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. 

 Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios». 

 Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien" (Salmo 121)... 


Ciertamente necesitamos la ayuda de lo alto, y por eso rezamos unos por otros para que la fuerza de la comunión nos sostenga a todos... Pensemos, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también en sus familias... Mirando al cielo es mas fácil mantener el objetivo... ayudarnos a creer... permanecer confiados... Acogidos y amparados por la intercesión del Beato Tito, volvemos a poner en común nuestras súplicas, haciendo eco a cada suspiro, cada petición, cada necesidad, cada deseo... Nuestro dolor habita en el corazón de Dios y en su amor queremos resolverlo... Nos sabemos amados y estamos comprometidos en aprender a amar en ese amor, para compartirlo, gozarlo y multiplicarlo...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria..