miércoles, 26 de agosto de 2020

"Dichosos los que temen al Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Salmo 127

El germen de la hipocresía es la incoherencia, y Jesús sigue llamándonos la atención, señalando actitudes que no debemos dejar nunca anidar en nosotros, y que a la vez son tan frecuentes... ¡¡cuidado!! las máscaras de la apariencia terminan cayendo, y nos quedamos al descubierto, desprovistos, enfrentados a nosotros mismos, sin más capacidad que el juicio, la envidia, el egoísmo...

Si atendiéramos a las advertencias de Jesús y aceptáramos dirigir nuestros pasos a sus caminos, sus valores, sus prioridades, qué distintos serían los frutos que comeríamos cada día multiplicados al compartir, mostrando el mundo que Dios quiere, donde el ser humano se reconoce hijo de Dios y hermanos de los otros hijos que Dios tiene, con vínculos reales, caminando en la misma dirección, a un mismo destino, el amor, la comunión, la fraternidad...

Recoge hoy el salmo 127, servido en la liturgia, una bienaventuranza de la que podemos apropiarnos pisando los surcos de la Voluntad de Dios, que nos llevan a pisar firmes los avatares de la vida, que tan difíciles se tornan a veces, creándonos confusión e inseguridad... Es dichoso quien se fía de Dios y se deja conducir por Él atendiendo a su Palabra y adhiriéndose a ella, también cuando es de noche...

"Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. 

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida" (Salmo 127)...



Pensemos en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... que recuperen la salud por la intercesión del Beato Tito, y nos convirtamos de corazón a Dios que quiere salvarnos... Que nuestra actitud sea coherente y demos frutos de conversión sincera en lo cotidiano...
"confiando en el Señor, no me he desviado"... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria