sábado, 24 de octubre de 2020

"Vamos alegres a la casa del Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Pensamos que la fe es un camino de renuncias, de negaciones, de advertencias amenazantes, porque con realismo nos presenta la alternativa a la verdad, al bien, a la sensatez... y no es verdad, la única razón que puede motivarnos a la conversión sincera, no puede ser otra que la misericordia de Dios, gratuita, desbordante, inmerecida... Quien descubre esta "perla", y valora la necesidad que llevamos dentro, todos, de ser perdonados, acogidos, amados, es quien agradecido, decide hacer el camino de vuelta y caminar a la luz de la gracia, que por la fe, nos encamina a la vida... 

"La paciencia de Dios es nuestra salvación", dice el apóstol Santiago; y ¿qué es la paciencia de Dios, sino el tiempo?... somos débiles, nos cuesta dar fruto... Permitamos a Dios que cuide nuestro terrero con el abono de su misericordia, y no tengamos que ser cortados de raíz por estériles, por baldíos... La invitación al perdón la hace Dios mismo, que tendría que ser el ofendido... siempre el primer paso lo avanza Él, para atraernos así a la paz... Descansemos, pues, agradecidos en su perdón, y no hagamos juicios vanos, ni interpretaciones supersticiosas... pongamos la vida en los brazos de la misericordia y reconozcamos que la gracia siempre nos precede... Sólo así despertaremos en nosotros el deseo de amar como somos amados y procurar el bien como no deja Dios de acercarlo a nosotros, sólo por su bondad y por su amor gratuito y generoso...

El salmo 121 es un canto de "peregrinación" ... conjuga la invitación y la respuesta en la misma actitud, y nos define el gozo de la fe en el entrono que la propicia, donde se crece, se comparte, y se reparte, que es la Iglesia... somos hijos, hermanos, tenemos hogar de familia... no saquemos la fe de su hábitat, que es donde podemos crecerla y crecernos, abriéndonos al don de Dios, caminando hacia Él...

"¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. 

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. 

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David" (Salmo 121)...


Pensemos, como cada día, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog... uno a uno... también sus familias... sin olvidarnos de la pandemia y los infectados, sumados a ella cada día... también sus familias... miremos al cielo suplicantes y pidamos para todos la salud por la intercesión del Beato Tito... No podemos olvidarnos que pedir a Dios nos compromete a la hora de saber lo que Él nos pide también a nosotros... Seamos cristianos de los que viven de fe, en la seguridad de que el camino de la vida es un peregrinar, a través de una realidad temporal a otra eterna, definitiva, que podemos anticipar, mientras nos vamos acercando...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...    

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria