viernes, 16 de marzo de 2018

"El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo: "Realmente este hombre era justo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo: 
"Realmente este hombre era justo". 
Toda la muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, 
al ver las cosas que habían ocurrido, 
se volvía dándose golpes de pecho. 
Todos sus conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea
 se mantenían a distancia, viendo todo esto" (Lc. 23, 47-49).

Ahora, que sí "está cumplido"... hasta el final... tomemos postura cada uno ante la Cruz... el amor hasta el extremo no es calculador... es sólo y todo donación... y, ciertamente, quien tiene la valentía de mirar, y sólo mirar, pero hasta ver... no se marchará sin reconocer quién es Jesús, y sentir el dolor de corazón, al ver la distancia, que hacemos nosotros, que nos separe de Él...

Desde este telón de fondo, podemos volver ahora, a rehacer las escenas donde Jesús entrega su intimidad y sus secretos últimos a los suyos, y disponernos a dar frutos, enraizados a esta planta fértil, de raíces profundas, que es la Cruz de Jesús...


Pero la Cruz, no es dolor, sino las consecuencias del amor... pues "El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta"... Y, ciertamente, esto tiene un coste...

Nuestra capacidad de amar, herida por el egoísmo, tiene que ser sanada aceptando el amor gratuito, hasta despertar en nosotros ese mismo don, que lo tenemos en germen, en nuestra misma identidad...  pues somos "imagen y semejanza" del Creador... que es AMOR... Agradezcamos entonces tan inabarcable don, seamos coherentes al reconocerlo, y saquemos consecuencias prácticas para vivir de ello, hasta poder así, aportar con ello, nuestro propio don... 


Nuestra fe en Jesús nos hace percibir con sinceridad, el deseo de incorporar a nuestra vida sus actitudes, dejándonos amar y motivándonos al amor verdadero... sin más argumentos que el de haber sido antes amados... También el amor y sus efectos es una corriente progresiva, en la que ya nos encontramos, y a la que nos disponemos a permitirle fluir, dejándola crecer y expresarse a través de nuestros gestos... "haceres"... y quehaceres... 

Pensemos entonces, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog... -empezamos hoy dando gracias a Dios, al Beato Tito, y a todos los peregrinos de la confianza, porque Martina ha llegado hoy a su casa, de alta, y con la salud recuperada... Dios ha tenido a bien, hacer coincidir su Voluntad con nuestros deseos, y nos sentimos agradecidos y estimulados a seguir rezando unos por otros, afirmando -y haciendo con ello acto de fe- el poder de la oración y de la comunión- ...Como son muchos los que aún batallan el dolor en esta lucha, tenemos que seguir apoyando y sosteniendo a todos, para que todos puedan permanecer en la confianza, sintiendo el consuelo...la fortaleza... la esperanza... y la fe... Dios nos quiere revelar "secretos mayores", y para ello precisamos entrar en el misterio del dolor, y encontrarnos con la luz, que "ilógicamente" de él se desprende... Nos acogemos entonces a la intercesión del Beato Tito y miramos al cielo poniendo en común nuestras súplicas, esperando, a la vez, que el cielo nos devuelva en bendiciones, el fruto de nuestra fe confiada... humilde... insistente... perseverante... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María