sábado, 17 de marzo de 2018

"No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí.
En la casa de mi Padre hay muchas moradas; 
si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. 
Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevare conmigo, 
para que donde estoy yo estéis también vosotros" (Jn. 14, 1-3).

Estas palabras de Jesús tienen que encontrar dentro de nosotros un eco diferente después de haber recorrido, con Jesús, el trayecto de la Cruz hasta el Padre... No podemos seguir pensando que la fe es un remedio a la condición humana, para el trascurso del tiempo... La obra de Dios -a la que accedemos por la fe- es de mucha más envergadura que nuestros deseos de plenitud, y es lo que Jesús quiere acercar a nuestra percepción, para que vayamos afinando nuestros sentidos interiores, hasta dar con la "perla", que ya está dentro de nosotros...

Ciertamente la fe es un misterio en el que hemos de adentrarnos, y en la medida que avancemos, iremos siendo iluminados y conducidos a esa gracia, que ademas, se torna indispensable para vivir con sentido, todo lo que la vida es en sí misma... y lo que nosotros le añadimos por "ignorancia"... Hemos de aprender a vivir, y no es fácil, porque precisamos de trascendencia... y para ello, hay que disponerse...


La palabra de Jesús, no usa nuestro mismo lenguaje, y por ello, no puede ser escuchada desde nuestro mismo contexto... hemos, por tanto, de ir al suyo, y desde ahí, dejarnos iniciar, queriendo aprender... Jesús intenta acercarnos el cielo a la tierra, porque sin ese norte dificultamos mucho las asperezas del camino, y vemos muy frenado el ritmo de nuestro paso ascendente hasta esa Verdad última...

Jesús no adula... presenta la realidad en crudo, porque no hay mas camino... pero viene hasta nosotros para acercar su paso a nuestros pies y venir con nosotros, diciéndonos cómo... por dónde... por qué... Acerquemos, entonces el oído a sus Palabras y el corazón a su presencia... y avancemos... creamos... confiemos...


Recemos unos por otros y acerquemos la fe de unos, a la fe de los otros... vivamos la comunión... Pensemos hasta recordar, a todos, los enfermos del blog... uno a uno... también a sus familias... Hay muchos en zonas oscuras... sufriendo y luchando... A ellos, queremos de especial manera, acercarles la gracia para que mantengan la fe... la esperanza... la confianza... Dios no nos deja nunca solos en el sufrimiento, y si le buscamos, sentiremos consuelo... fortaleza... paciencia... fuerzas para luchar... Nos acogemos a la intercesión del Beato Tito y ponemos en común nuestras súplicas, para que las lleve al cielo, y el cielo nos devuelva en gracias el fruto de nuestra fe... En la voluntad de Dios encontramos su amor hacia cada uno, y en lo que nos pasa, está esa luz, haciendo posible saber, que Él sabe lo que hace, aunque nosotros no sabemos por qué lo hace... Él es Dios... nosotros sus criaturas... Debemos confiar... acunarnos en sus promesas y esperar...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María