martes, 20 de abril de 2021

"A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Vemos por la liturgia que el testimonio de la fe no es gratuito... hoy nos narra la primera lectura el martirio de Esteban, primer mártir de la era cristiana, que con su anuncio denuncia, y no hay más causa que su palabra para deshacerse violentamente de él... ¿por qué el mal desde el principio precisa usar la fuerza en su lucha contra la verdad?... 

El drama del ser humano es la soberbia, y el fruto de esta herida es la sinrazón, provocadora de caos generalizado, que nos sumerge a todos en las tinieblas de la confusión, sumándonos al griterío ininteligible que se abalanza masivamente donde le lleva la inercia... ocurrió con Jesús, pasó con Esteban, y sigue la historia arrastrando hasta nuestros días los mismos errores que deshumanizan al ser humano, alejándonos del respeto y la convivencia, que presumimos perseguir como primer objetivo para la libertad...

Combatir el mal con el bien, cultivar trigo entre cizaña, no es posible sin la gracia que nos da Jesús, quedado entre nosotros en el pan de vida, la eucaristía, fruto de la pascua... valoremos este don, vivamos de él, cimentemos la vida en la roca firme de la resurrección y la vida eterna... Recemos con la Iglesia hoy, en su liturgia el salmo 30 alimentando la confianza en la fe y la alabanza...

"Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. 

A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Yo confío en el Señor.
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. 

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas" (Salmo 30)...


Nosotros, que miramos cada día al Beato Tito y nos amparamos en su intercesión, sabemos que el martirio es semilla de nuevos cristianos... ¡¡Ojalá florezcamos en su fe y seamos también nosotros testigos creíbles de lo que decimos creer!!... Pensemos, como cada día, en los enfermos del blog... todos, uno a uno.. también sus familias... Presentemos al cielo, nuestros suspiros y los de todos, haciéndolos llegar de manos del Beato que tanto sabe del misterio que oculta el dolor y que es tan fecundo en otra perspectiva que la puramente "plana"... Que Dios nos ayude y que acudamos a la fe para sostener el momento presente en las manos de Dios, de quien podemos recibir cada día nuevas gracias para mantenernos erguidos, mientras sufrimos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria