lunes, 8 de febrero de 2021

"Goce el Señor con sus obras"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La fe verdadera no es pudorosa, no conoce el respeto humano ¡¡bien lo recoge el evangelio de hoy!... La súplica hoy, no es pedir a Jesús que toque a los enfermos y los cure, sino que les permita que le toquen ellos, que creen en su poder transformador... y dice el evangelio, que quien le tocaba quedaba curado...

¿Qué es tocar a Jesús y qué es sanar por ello?... tenemos la "malformación" de utilizar a Jesús y su poder, con el vehemente deseo de quitarnos obstáculos que nos impiden vivir cómodamente, al margen, además de lo que a Dios más le importa que es curarnos la verdadera enfermedad de la que adolecemos todos, el pecado... ¡¡es para lo que debemos decidirnos a tocar con fe a Jesús!!...

El tiempo y la vida tiene otros retos que ser feliz materialmente, por eso, a veces, no conseguimos de la fe nuestros deseos, porque no es la voluntad de Dios la brújula que nos conduce y dirige, sino otras cosas que tienen los días contados, por muchos que sumemos... A Dios, le importamos nosotros, y a nosotros, a veces, lo que de Dios más nos importa es lo que podemos conseguir de Él para nuestros deseos... Toquemos a Jesús, acerquémonos a él, dejémosle curarnos el alma y prioricemos los valores eternos, anteponiéndolos a los deseos terrenos, que aunque los veamos cumplidos, son efímeros... 

"Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. 

Asentaste la tierra sobre sus cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. 

De los manantiales sacas los ríos,
para que fluyan entre los montes;
junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto. 

Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor!" (Salmo 103)... 


Los peregrinos de la confianza, somos llevados hasta el Señor de manos del Beato Tito... A él acercamos a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... también sus familias... Pedimos para todos la salud, y nos disponemos a ser tocados por la gracia que trasforma, para que aprendamos a creer amando hasta las últimas consecuencias... Perseveremos en la fe y alumbremos la esperanza en la Palabra de Dios, que la siembra en nuestro corazón cada día...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria