martes, 21 de marzo de 2017

Señor, enséñanos a orar...




Tito sabía que "nadie puede ver a Dios sin morir", lo que significaba que acercarse a Dios, pide despojarse de uno mismo. 

Decía: "No es un esfuerzo meramente negativo, sino más bien, una acción liberadora del Espíritu por la cual hacemos vivir a Cristo en nosotros, e irradiar en nuestro derredor Divinos destellos".  
-Beato Tito Brandsma-.


La oración es "la escuela de un Maestro", donde podemos encontrar la perla preciosa de la gracia, que capacita para vivir como hijos del mismo Padre, hermanos entre nosotros, y en medio de las vicisitudes de la vida, nos lanza en la confianza de corazón, a recorrer "caminos más altos que los nuestros", sin pretender dominar la existencia, ni ser como Dios... 

La oración nos permite fiarnos de quien nos quiere más que nosotros mismos, sin quitar el realismo del dolor, del misterio y de la trascendencia... lo humano eleva al hombre al plano donde Dios le puso y nos abre al don, en la medida que lo acogemos sin condiciones, que es donde se nos desvela lo que escapa a los ojos, pero que no por eso deja de operar en nosotros y conducirnos...

Necesitamos rezar, hacer la aventura de la relación con Dios, pero no cuando nos pasa algo o porque nos pasa algo... que también, sino porque separados de la raíz, nos falta el soporte para llegar al final del camino y nos perdemos dones más grandes, que necesitamos para hacer el paso de lo temporal a lo eterno... de lo que vemos a lo que veremos... de lo que somos a lo que seremos...



Busquemos la intercesión del Beato Tito, hombre curtido en el crisol del amor, que le dio la capacidad para sembrarse como semilla de otros muchos hijos de Dios, que llegarían por su don a la vida de la gracia... quizás nosotros mismos somos fruto de esa entrega...

Hagamos camino a la confianza, Dios nos espera, nos atrae, nos quiere ver llegar a Él por esta senda segura y enriquecernos, fortalecernos, madurarnos...


Hagamos parada en cada hermano de los que cada día presentamos al P. Tito, esperando recibir del cielo lo que pedimos para cada uno... y hagámoslo con fe, con confianza, sin forzar, pero seguros... Dios es nuestro Padre...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.


Padrenuestro – Ave María – Gloria …