sábado, 5 de junio de 2021

"Bendito sea Dios, que vive eternamente"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia de hoy es una lección de vida que ojalá aprendamos ¡es tan fácil abandonar cuando el viento va en contra!... dediquemos un pequeño espacio de tiempo hoy a rezar la primera lectura de la misa, porque es un testimonio de fidelidad que nos puede ayudar a perseverar en medio de la tinieblas del tiempo... estamos delante del fruto maduro de la fe confiada... Vivimos unidos a los ángeles, y el cielo se nutre de  nuestra oración, vertiendo sobre nosotros gracias abundantes, que no siempre las recibimos, más por nuestra poca sintonía con lo espiritual, que porque no sean objetivas... 

Es consolador escuchar y creer "Os descubriré toda la verdad sin ocultaros nada. Ya os dije que si el secreto del rey hay que guardarlo, las obras de Dios hay que publicarlas como se merecen. Pues bien, cuando Sara y tú estabais rezando, yo presentaba al Señor de la gloria el memorial de tu oración. Lo mismo cuando enterrabas a los muertos. Y cuando te levantaste de la mesa sin dudar y dejaste la comida por ir a enterrar a aquel muerto, Dios me envió para probarte; pero me ha enviado de nuevo para curarte a ti y a tu nuera Sara. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio de Dios y tienen acceso ante el Señor de la gloria. Así, pues, bendecid al Señor en la tierra, dad gracias a Dios. Yo subo ahora al que me envió"...

Permitamos a Dios hacer en nosotros su Voluntad, y vivamos la vida unidos a su querer... en el evangelio Jesús alerta del peligro de escondernos detrás de las apariencias y nos pone de modelo el pequeño gesto de la viuda pobre, solidaria y generosa, que hace limosna de su misma pobreza, abandonándose a la providencia, al dar todo a los demás... Quien de verdad confía en Dios y se fía de Él, queda expuesto a la misericordia, y en la gracia verá germinar su vida en frutos... el tiempo de Dios es otro, y sus caminos van por encima de los nuestros, pero Dios es fiel y cumple su Palabra... Recemos con la liturgia el cantico de Tobías y demos gloria a Dios, que la fe crece en la alabanza...

"Él azota y se compadece,
hunde hasta el abismo y saca de él,
y no hay quien escape de su mano. 

Veréis lo que hará con vosotros,
le daréis gracias a boca llena,
bendeciréis al Señor de la justicia
y ensalzaréis al rey de los siglos. 

Yo le doy gracias en mi cautiverio,
anuncio su grandeza y su poder a un pueblo pecador. 

Convertíos, pecadores,
obrad rectamente en su presencia:
quizá os mostrará benevolencia
y tendrá compasión" (Tb. 13)... 


Rezar cada día unos por otros, unos con otros, es cuidar la fe y disponernos a dar frutos de vida eterna mientras vamos aún de camino... Pensemos, entonces, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... sus familias... Llevemos a la presencia de Dios el dolor de todos, tantos anhelos, tantas lágrimas rezadas con fe y devoción... nos ayudamos de la intercesión del Beato Tito, para que nuestra fe sostenida en la suya, nos alcance de Dios y su misericordia, los frutos que esperamos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria